Basta ir al supermercado para comprobarlo. Llenar el carro de la compra con productos del campo cuesta más que nunca. Según un estudio de la Coordinadora de Organizaciones Agrarias y Ganaderas (COAG), el precio de las frutas y hortalizas se multiplicó por 4,91 veces desde el campo a la mesa el pasado diciembre.
Los alimentos de origen agrícola multiplicaron por 5,39 su valor, mientras que los ganaderos lo hicieron por 3,13 desde las granjas hasta el consumidor. Destacan las subidas del brócoli, que se disparó un 437%, y las alcachofas, que subieron un 229%. El calabacín costó un 125% más caro. Y la lechuga, un 400%. El delegado del sindicato agrario Coag en el Campo de Cartagena, Vicente Carrión, asegura que estos porcentajes son "desorbitados e injustificados".
Entre los productos más habituales del Campo de Cartagena, destacan las siubidas del pimiento rojo, un 188%, y el pimiento verde, un 180%. Los cítricos marcan las mayores diferencias, con un 1.550% de subida en las naranjas, y 1.110% en los limones. Los cítricos han sufrido un año marcado por una cosecha menor que no se ha traducido en mejora de precios, que han sido sensiblemente más bajos. Además, en el ejercicio se han advertido entradas masivas de cítricos de países terceros que, en algunos casos, han venido con incidencias en los contingentes con riesgos potenciales tanto para la salud vegetal de las producciones murcianas como para la población.
Entre los productos ganaderos, los precios se multiplicaron sobre todo en la carne de cerdo, un 476%, y en el cordero, un 213%. El pollo subió un 151% y el conejo, un 203%.
El sindicato agrario considera que "la crisis de los precios en origen se está volviendo estructural" y señala que "una carga de costes de producción que, con el incremento de los costes de la energía, empieza a resultar insoportable". COAG lamenta que esta situación se agrave con "la entrada descontrolada de productos de terceros países, frente a los que se compite en absoluta desigualdad de costes y condiciones de producción".
A los productores les preocupa además los efectos del cambio climático, con floraciones muy tempranas a los que se suceden heladas que destruyen parte de las cosechas.
Después de un verano de precios bajos, sobre todo en sandia y melones, por temperaturas más bajas de lo normal en países europeos, lo cual hizo bajar el consumo, y llevó a vender por debajo de los costes de producción, se está iniciando una campaña de otoño-invierno con una subida de costes de más de un 40% de subidas en fertilizantes, electricidad, plásticos, y otros factores, lo que anula todo tipo de beneficio al sector hortícola. Coag señala que "es cierto que en estos momentos se registra una fuerte demanda de productos e incluso están faltando hortalizas, pero el precio no es suficiente para garantizar beneficios, estos últimos días se está subiendo producción.
Durante la pandemia del COVID-19 la producción de la flor cortada, que se cultiva en Pilar de la Horadada (Alicante) se tiró a la basura, el sector estaba empezando a remontar, pero nuevamente surge otro problema: la subida de los precios de costes, como abonos, fitosanitarios, plásticos, esquejes, etc. Aun subiendo los precios de venta de la flor, no se están compensa costes por los gastos en producción tan elevados, alerta Coag. De seguir así, las producciones serán cada vez más pequeñas tendiendo a desaparecer la mayoría de las explotaciones de flor de la Región.
