Dicen que la ilusión no se apaga ni con temores ni con cancelas. Y que supera cualquier adversidad. Ese es el principal regalo que necesita la generación de niños y niñas que crece en medio de la pandemia: que esta situación de distanciamientos sociales y prohibiciones no les difumine su carácter social ni ensombrezca el día más feliz del año. La pandemia ha obligado a los Reyes a pasear por las calles sin público y a enviar a los pajes reales con mascarilla para repartir los regalos.
Los mensajeros de los Reyes Magos de Oriente han visitado durante varios días los hogares pinatarenses para trasladar la magia de las fechas navideñas a casi un millar de niños y niñas de la localidad.
Los Pajes Reales, engalanados para la ocasión, y con varios recorridos simultáneos para evitar aglomeraciones y cumplir con las normas sanitarias frente al Covid-19, han llevado un detalle de la Concejalía de Festejos a los más pequeños para desearles que disfruten de la Navidad.
Las redes sociales han sido el puente de comunicación de cientos de familias con los Reyes Magos, que pasearon por las calles de Los Alcázares a caballo y en carroza para que las familias los vieran desde las ventanas. Su mayor regalo: la esperanza de que la próxima Navidad recuperaremos la posibilidad de encontrarnos en las calles, aunque sea con mascarilla navideña.
Los pajes reales, ayer, en la entrega de regalos a un niño de San Pedro del Pinatar
