Sonia Egea Latorre
Clandestino Coffe es un restaurante que abrió sus puertas hace unos meses en Espinardo, Murcia. El local ofrece desde un brunch al más puro estilo americano hasta un café elaborado por baristas: un bol de yogur y frutas, tortitas con siropes, diferentes tostas, huevos revueltos y para acompañarlo, qué mejor bebida que una mimosa, hecha con zumo de naranja recién exprimido y terminado con cava. Una merienda, un cóctel o una cena con diferentes platos que sin duda os sorprenderán.
Os pongo en situación: decidí visitar este local porque me apetecía desconectar en un entorno modesto pero con clase sin tener que salir de la ciudad. Llegué con una amiga a media tarde y pedimos un combinado que nos preparó a medida Fabrizzio, el barman. Nos sentamos en la terraza, en una mesa alta, con suelos de madera y decorados blancos. Mi cóctel fue presentado en una copa clásica, de tallo alto con la boca ancha para poder saborear el cítrico de las frutas frescas, el toque ahumado del mezcal y una hoja de hierbabuena que respiraba en cada sorbo. Un combinado de los que a mí me gustan, directos, intensos y que te hacen salivar. Mi compañera disfrutó de una mezcla de frutas maduras, con un punto exótico por la fruta de la pasión y la dulzura que le aportaba el ron, servido en un vaso on the rocks que es idóneo para cócteles con gran cantidad de cubitos de hielo.
Acabamos y nos pasamos a las mesas bajas, donde elegimos una botella de vino blanco para poder seguir acompañando la conversación con algo refrescante. Al terminar la segunda copa de vino, pasamos al interior, donde Víctor, nuestro camarero esa noche, nos acomodó con una sonrisa en los asientos rojos que destacan en un ambiente íntimo. Nos dejamos aconsejar por Diego, el jefe de sala, que supo elegir los platos para sorprender de principio a fin. Todo para compartir y así poder probar un mayor número de platos.
Empezamos con un gazpacho de cereza, acompañado con pico de gallo, anchoa y pistacho en polvo. En boca se sentía la explosión de la cereza y el acre del ajo. Los trozos de pimiento y tomate suavizaban el punto salado de la anchoa y aparecía con sutileza el delicado dulzor del pistacho. Continuamos con un pulpo roquero en texturas sobre una parmentier trufada. Combinaron la tierna carne del molusco con su crujiente piel, devolviendo la calma con la sedosidad de la crema de patata y el aroma a tierra de la trufa.
El 'brunch' de Clandestino Coffee te hace volver.
Llegando al final, el revuelto de foie con crujiente de plátano macho fue una delicia: el huevo jugoso, el foie fundiéndose en la boca y el toque tropical que aportaba el plátano. Para terminar, un steak tartar; a mi compañera, que no lo había probado nunca y a la cual le encanta la carne cruda, le fascinó. A ciertas personas no les parece apetecible el hecho de que esté crudo, pero si sueles disfrutar de un entrecot al punto menos, prueba un steak tartar bien elaborado y no podrás volver a decirle no a este plato.
Esta receta, con algunas diferencias de la tradicional, acompaña la carne con yema de huevo y alcaparras que aportan la acidez y ese cambio de textura. Teniendo como opción el wasabi, para darle un toque oriental, refrescante y picante y la mostaza de Dijón que siempre es una buena compañera de la carne. No quedó hueco para los postres, pero es algo que me queda pendiente: la excusa perfecta para volver y tomar una tarta de queso invertida.
El valor añadido del local se encuentra en el interior. Una cava con entrada de cristal, paredes cubiertas de estantes llenos de botellas de vino, una mesa central de madera y una luz relajante. Un espacio donde regalas a la vista la lectura de etiquetas con diversas añadas, uvas y D.O. de diferentes lugares del mundo. El toque final fue acompañar las últimas copas de vino con la música en directo de un grupo de jóvenes de nuestra Región, Estúpido Flanders, de estilo Indie Folk/Rock. La melodía, la voz de Carmen, la vocalista y las ganas con las que trabajó el equipo clandestino hicieron que fluyese una perfecta sinergia.
Volveré pronto. Espero haber despertado vuestra curiosidad.
