El aeropuerto de San Javier ya ha comenzado la cuenta atrás de su defunción. El último vuelo aterrizará en su pista mañana, lunes, a las 20,15 horas y, unos veinte minutos más tarde, despegará el último avión comercial. Sin embargo Aena ya comenzó hace una semana a desmantelar la terminal para llevarse su contenido a Corvera.
Carritos de equipajes, mostradores de control, mobiliario, paneles y todo lo servible ha sido numerado, etiquetado y trasladado durante los últimos días a Corvera. Solo se ha dejado lo imprescondible para atender los últimos vuelos programados.
Los empleados de Aena no ocultan su tristeza por el cierre del que ha sido su lugar de trabajo, sobre todo los veteranos, ya que algunos llevan en la terminal de San Javier más de tres décadas. Tras 15 años de conflictos laborales ante la amenaza constante del cierre del aeropuerto público, que motivaron manifestaciones y protestas, la entidad aeroportuaria ha llegado a un acuerdo con la plantilla. Aena les ha pagado una indemnización de 3.500 euros a cada empleado por el traslado laboral, según confirman varios trabajadores.
La mayor preocupación se centra a partir del martes en el impacto económico que ocasionará en el entorno el cierre de San Javier. Los alojamientos turísticos de Santiago de la Ribera y Los Narejos ya temen el fin del "goteo de huéspedes que nos proporcionaba el aeródromo, tanto de pasajeros de fin de semana como de los que llegan de trabajo, incluso en avionetas privadas", asegura José María Bautista, del hotel El Marino de Santiago de la Ribera.
Las empresas de alquiler de vehículos ya tienen todo preparado en Corvera para reiniciar allí su actividad. "El 90% de nuestra clientela procede del aeropuerto así que cerramos en San Javier y nos vamos a Corvera", afirman en Centauro, que cuenta con una flota de 300 vehículos en movimiento constante por la comarca costera. Tanto sus coches de alquiler como los de las otras cuatro firmas de 'rent a car' que funcionan dentro de la terminal de San Javier, levantan el vuelo el mismo martes.
Lo notarán también los taxistas de San Javier, que han sido vetados en el aeropuerto de Corvera por el Ayuntamiento de Murcia y la Comunidad Autónoma. Habían pedido la autorización para que seis licencias pudieran operar en el nuevo aeropuerto, pero de momento no ha habido acuerdo. El alcalde, José Miguel Luengo, defiende el derecho de los taxistas a trabajar en Corvera por la excepcionalidad de la situación. "Aquí no se puede hablar de equidad, porque en ningún otro sitio se ha cerrado un aeropuerto", afirma Luengo, quien cree que si los taxistas de San Javier no pueden trabajar en Corvera "que se les indemnice".
El alcalde, quien no piensa asistir a la inauguración de Corvera el próximo martes -está previsto un acto por todo lo alto con la presencia del Rey y un vuelo de saludo de la Patrulla Águila-, opina que "la Comunidad Autónoma debe mojarse en esta situación".
Suma y sigue, el impacto negativo del fin de la actividad aérea en San Javier se medirá en un estudio que realizará el Ayuntamiento de San Javier con los 200.000 euros de subvención que le ha concedido la Comunidad Autónoma. Este informe analizará además la viabilidad del proyecto de creación de un museo volante en las instalaciones de San Javier con los aviones históricos de la Fundación Infante de Orleans (FIO). La Fundación, cuya sede se encuentra en Cuatro Vientos (Madrid), ha aportado ya un anteproyecto a la Comunidad Autónoma con un presupuesto de unos tres millones de euros para reconvertir la terminal en una sede museística, pero la Comunidad aún no ha dado el paseo adelante de cerrar un acuerdo definitivo de financiación.
