En otro partido adelantado al viernes, cuestión que se está convirtiendo en costumbre, el equipo de Santiago de la Ribera F.C. se trasladó a Cabezo de Torres para disputar el encuentro correspondiente a la tercera jornada de la liga 2013-14.
La primera sorpresa que nos encontramos fue que la entrada de acceso a las instalaciones deportivas estaba cerrada y flanqueada por unos colaboradores del equipo local, que nos exige el pago de 5 Euros para poder presenciar el partido. Entiendo los malos momentos económicos que estamos pasando. Todos los sabemos y sufrimos. No entiendo que en un espacio municipal se cobre entrada. Desconozco si eso es legal o no (sin duda me informaré). Sin embargo me parece una medida poco apropiada, sobre todo cuando se trata de deporte aficionado. En estas categorías todos los equipos tienen que hacer un esfuerzo enorme para costearse todos los gastos. Incluso los mismos jugadores se tienen que abonar sus propias fichas. El público mayoritario que acude a estos campos son familiares y amigos de los jugadores. Si se comienza a aplicar estas medidas en todos los lugares, me temo que la asistencia a los partidos será nula. Para eso están las rifas, las cuotas de los socios, la tradicional lotería, o vaya usted a saber. Lo siento pero no me gusta ni un ápice esas medidas. Y menos en estos tiempos en los que la gente esta jodida y el deporte es un bálsamo maravilloso para evadirnos de la triste realidad. Por favor no nos hagamos más la puñeta entre nosotros mismos, que bastante difícil nos lo ponen ya los que ustedes saben.
Pero volviendo a lo estrictamente deportivo, he de decir que en el encuentro presenciado esta noche en el Municipal de la localidad carnavelera tan solo el equipo local ha disfrutado jugando al fútbol. El Atlético Cabezo de Torres cuenta con un bloque compuesto por jugadores que tocan el balón. Saben interpretar todos los palos elementales de nuestro deporte favorito. Y eso se ha visto desde el minuto uno. Las jugadas a balón parado han sentenciado a los celestes. Ese primer gol de cabeza en un saque de esquina, por ejemplo, ha sido un anuncio de lo que vendría después. Pero también han probado el tiro desde fuera del área con éxito, así legó el segundo gol. He visto volar balones largos que llegaba al pie del extremo que ponía el cuero en el punto de penalti. De libro. Una defensa dura y certera. El centro del campo distribuyendo y parando el juego cuando el momento lo requería. En fin, todo un recital. Aún así los de la Ribera aguantaron dignamente e intentaron controlar el balón. Pero sencillamente no pudieron porque el contrario era superior. Eso en fútbol es moneda de cambio habitual. No todos los días los cuerpos y mentes están en la mejor predisposición.
En la segunda parte, Pino decide sacar de inicio a Nacho (18) por Cascales (8) y el pequeño Sadam (17) sustituye a Quiyo (7). Los locales siguieron jugando con una marcha más que los celestes que no lograban hilvanar ninguna jugada. Bastante tenían con aguantar las envestidas de los cabezotorrenses. El balón estaba encariñado con la portería de Guillermo (1) que una vez más demostró su gran calidad. Sus buenísimas y acertadas intervenciones impidieron que la goleada fuese a mayores. Suele pasar. Cuando un equipo sufre estos castigos el portero se convierte en el héroe. Una y otra vez, hasta tres veces, entró el balón. El minutero tan solo marcaba el minuto 57. Redondo (11) sale por Juanpe (14). Viendo el panorama el entrenador universitario hace un cambio de cromos y Chiqui (12) sustituye a Luis (3). Para colmo de las desgracias Choche (2), tan combativo como siempre, acumula dos amarillas y el señor González Costa le indica el camino de la zona de vestuarios. Con tan solo diez efectivos el Riber sufre un excesivo castigo. En el minuto veintinueve encajan el sexto tanto. A falta de tres minutos para terminar el encuentro se fragua el siete cero con el que se firma el acta.
Y poco que alegar. Tan sólo felicitar al rival y a seguir trabajando. Se han enfrentado dos equipos y uno de ellos ha constatado la superioridad que tiene con respecto al otro. El Atlético Cabezo de Torres ascendió de categoría por meritos propios al quedar terceros en la clasificación final de la segunda autonómica. Sumó 76 puntos. Su máximo goleador, Francisco Regadera, metió 36 goles (en el partido de hoy ha colado dos). El Riber terminó la liga en el puesto octavo con 49 puntos. Suso, el pichichi ribereño, hizo 11 dianas (hoy ni tan siquiera ha estado). El club de Santiago de la Ribera ha conseguido el ascenso debido a una renuncia de última hora. Todo muy licito. No olvidemos que la planificación de la temporada, por las causas que fueren, ha sido nefasta. Han comenzado muy tarde los entrenamientos. Sin olvidarnos, por supuesto, del cambio de entrenador. El míster, a quien nadie le discute su maravilloso curriculum, tenía un desconocimiento de la plantilla. Solo aceptando estas premisas el equipo puede crecer. El entrenador tiene la obligación de mentalizar a sus pupilos para que disfruten con el juego. He visto hoy a un grupo totalmente agarrotado. Está claro que el fin último es la victoria pero tan solo los equipos que se lo pasan bien con la pelota logran triunfar. Y a la afición le diría que tengan paciencia y que se lo pasen igualmente bien. Como lo han hecho siempre. Ya tenemos demasiadas penas en nuestro día a día como para sufrir en los ratos de ocio. Porque esto señores, tan solo es un juego.
Resultado final: Club Atlético Cabezo de Torres 7- Santiago de la Ribera F.C. 0
Alineación Santiago de la Ribera F.C.: Guillermo (1), Choche (2), Adrian (5), Quico (4), Luis (3), Sergio (6), Quiyo (7), Eduardo (17), Juanpe (14), Cascales (8) y Jorge (10).
Suplentes: Redondo (11), Chiqui (12), Sadam (17), Nacho (18)
Sustituciones: Redondo (11) por Cascales (8); Sadam (17) por Quiyo (7)
Entrenador: Pepe Pino
Calificaciones: Gullermo (1), Choche (0), Quico (0), Adri (1), Luis (0), Sergio (1), Quiyo (0), Eduardo (0), Juanpe (0), Cascales (0), Jorge (0), Redondo (0), Chiqui (0), Sadam (0), Nacho (0).
Arbitro: Francisco José Gonzalez Costa (correcto, no influyó en el resultado final)
Textos: Pablo Melgar Moreno
Fotos: Paola Celdrán