Menos plumas y más imaginación en el desfile de Carnaval

Las plumas quedaron en segundo plano. Los disfraces temáticos invadieron el desfile de Carnaval de San Pedro del Pinatar, compuesto por familias orientales, aviadores, manadas de pingüinos y el cuento entero de Alicia en el País de las Maravillas. Las comparsas hicieron soñar y divirtieron al numeroso público que llenó las principales avenidas para presenciar el pasacalles.

 

La numerosa peña Kebanna se distinguió por sus elegantes geishas de todos los tamaños, escoltadas por los hieráticos guerreros de Xian. Con Pippi Calzaslargas se abrió paso la Ampa del colegio San Pedro Apóstol, repleta de piratas, egipcias y bailarinas. El universo de Lewis Carroll saco a la calle la baraja completa del jardín de Alicia en el País de las Maravillas, el conejo de la prisa, el sombrerero loco y hasta los gemelos Tweedledum y Tweedledee. Jugadores de fútbol, con porterías móviles, precedían al equipo de quirófano al completo de la Asociación de Angloparlantes, con un paciente de aspecto perjudicado.

La Ampa del colegio Villa Alegría decidió rendir homenaje al turismo y se echó a la avenida Emilio Castelar con las maletas y las bermudas. Turistas espaciales se mezclaron con una cuadrilla de bomberos, seguidos de unoa aviadores de los años veinte renacidos, acompañados por auténticos paracaidistas en pleno descenso. Grupos de fichas y dados jugaron al parchís por el centro de San Pedro, seguidos de los helados de fresa de la comparsa Kimbara. Jugadores de rugby siguieron el ritmo de los soldaditos de plomo y hasta de los pingüinos de la peña Sin poco salimos. Los mayores optaron por las corsarias del centro de tercera edad para un desfile que cerró la comparsa Antares con sus musas de inspiración marina y un cuerpo de baile en azulón y oro.