La Comunidad fija un cupo de buceo para la Reserva de Cabo de Palos

La Reserva Marina de Cabo de Palos dejará de ser un destino franco para los buceadores. La Comunidad Autónoma fijará un cupo máximo para el buceo en esta área protegida sumergida.El cupo máximo previsto para los fines de semana de verano y Semana Santa será de 250 buceadores, frente a los picos de 500 registrados en los días punta del pasado agosto. Para el biólogo José Antonio García Charton, del Departamento de Ecología de la Universidad de Murcia, especialista en reservas marinas y encargado del seguimiento de la de Cabo de Palos, «ya hay indicios de que puede haber una erosión en los fondos de la Reserva, lo que nos lleva a pensar que hay que poner un límite».

 

Según la propuesta de la Comunidad, que pondrá hoy sobre la mesa de negociación con el sector, los barcos de buceo tendrán que instalar además un sistema de detección de presencia, y cada solicitud de inmersión -venga de centros de buceo o de privados por su cuenta- se formulará por vía telemática a la Dirección General de Ganadería y Pesca, con el pago de la nueva tasa de 3,50 por inmersión. Sobre el papel, los nuevos cupos suponen ampliar las inmersiones anuales hasta las 54.980, ya que el pasado año se registraron 25.000, pero en la práctica supone un recorte a la actividad en la época de pleno apogeo para ampliarla en invierno.

Según el investigador, «las capturas de meros -un indicador de la abundante vida en la Reserva- han aumentado en los últimos años, pero también es verdad que han disminuido en los últimos dos años». Asegura que «las primeras señales de erosión ya se han detectado, sobre todo en la temporada de verano». García Charton señala el impacto en el falso coral, una especie dentónica que vive en el fondo de la Reserva marina y que se rompe fácilmente, muestra ya las consecuencias del abundante tránsito en la laguna. «Había que poner ya un límite. Nosotros los científicos no decimos cuántos buceadores caben en la Reserva, pero sí que con la afluencia actual, se puede ver erosionado en unos años», afirma el experto. «Puede seguir así de momento y no verse un cambio importante pero puede llegar un momento en que se produzca un cambio radical», indica.

García Charton señala que «no es un impacto catastrófico el que se detecta ahora, sino los primeros signos de que la Reserva está dando muestras de cansancio y las primeras señales de que el fondo marino puede estar sufriendo una erosión». Cree que poner un límite de acceso es «un problema de gestión». Como en el caso de las cuevas de Altamira o para ir a Doñana, donde hay que pedir autorización y solo se concede tras permanecer en una lista de espera, cree que en Cabo de Palos se debe limitar el acceso de los buceadores. «El buceo no puede crecer indefinidamente», afirma. El biólogo señala dos causas en esta incipiente erosión de la Reserva, por un lado los pescadores furtivos y por otro el aumento indiscriminado de los buceadores. «En los últimos años ha habido un problema de falta de vigilancia, y sin vigilancia no tiene sentido la Reserva», afirma. Cree que «con ajustes en la vigilancia se ha reducido el futtivismo, pero el buceo tiene que plantearse soluciones alternativas». Señala como opciones para diversificar la oferta de los centros de buceo, en lugar de centralizarlo solo en la Reserva, «que abran itinerarios submarinos». Por otro lado, cree imprescindible «una mejor educación del buceador» y una limitación en el acceso, ya que «hasta qué punto los clientes están a gusto en una zona donde se sumergen tantos buceadores».

Sobre la cuota de 3,50 euros por inmersión que la Comunidad establecerá a partir del próximo verano, el experto asegura que «sería un error que la gente que paga llegara a saber que ese dinero no va a la Reserva». La directora general de Ganadería y Pesca, Carmen Teodora Morales, no garantizó que esos fondos se destinen al mantenimiento de los fondos protegidos.

La responsable deja claro que «intentaremos que repercuta en el servicio de mantenimiento de la Reserva, lo intentaremos», mientras que los sectores implicados coinciden en criticar los recortes en el combustible que limitan las labores de vigilancia de la Reserva. Para los centros de buceo, «la tasa es casi una ofensa, porque más que una exigencia económica es de actitud, cuando la Región debería hacer palmas con las orejas porque el impacto económico es enorme». Los pescadores defienden que «la tasa repercuta en una mayor vigilancia de la Reserva». Desde la Federación de Actividades Subacuáticas, «la ecotasa mejorará la situación porque el subconsciente te dice que es un lugar de calidad, así que irán más pero será más selectivo y los beneficios de los centros serán iguales o mayores».

Para los centros de buceo, «no hay conflicto entre buceadores y vida marina, ya que la labor educativa del submarinismo es impresionante, opina. Advierten de que el nuevo cupo «hace inviable la actividad económica en la zona y lanza el mensaje de que en la Reserva no se puede bucear». Para los pescadores, el descendo de meros, langostas, pajeles y otras especies es el signo más evidente de la erosión. En Cabo de Palos hay 7 barcos con licencia para pescar en las zonas autorizadas de la Reserva y creen que, por seguridad, «hay que aumentar la vigilancia porque muchos bucean fuera de los puntos y nos rompen las redes».

Zonas de interés de buceo en la costa murciana pinchando AQUÍ (MAPA DEL BUCEO EN LA REGIÓN DE MURCIA).