Romántico homenaje a los aviadores de Los Alcázares-NY

El vuelo Los Alcázares-Nueva York, la proeza que en 1929 realizaron desde la base de hidroaviones los cuatro pilotos legendarios, no se ha borrado de la memoria en el municipio que los vio despegar. El sábado, 6 de julio, la asociación LA EcoCultural celebró la comida-homenaje a los aviadores del vuelo LosAlcázares – Nueva York de 1929, más conocido como la hazaña del Dornier 15/16, en su 85 aniversario. Esta comida forma parte del conjunto de los actos conmemorativos preparados, que se completarán con una exposición, una charla y una reproducción de una maqueta del hidroavión protagonista. Todo ello a lo largo de las próximas semanas.

Los miembros y simpatizantes de la asociación, sentados junto a imágenes de Ramón Franco, Julio Ruiz de Alda, Modesto Madariaga y González Galllarza, protagonistas del vuelo, brindaron a su salud y disfrutaron de esta peculiar conmemoración histórica en La Encarnación, muy cerca de donde se realizó la comida original. Además, mediante donativos a la asociación, se podían obtener reproducciones artesanales de las obras literarias «Aguilas y Garras»  de Ramón Franco y «La novela del Dornier 16» de González Ruano y una original camiseta del evento. Al final de la celebración se leyó un fragmento del libro en el que Ramón Franco recordaba el recibimiento recibido de Los Alcázares, que reproducimos a continuación:

«En Los Alcázares, deseoso el pueblo de hacerme un modesto homenaje, en el que tomaron parte todos los heterogéneos elementos que lo constituyen, me invitaron a un banquete o comida en el Club, al que había de seguir una verbena. En la comida tomaron parte veraneantes, obreros y oficiales, y por la rapidez de su organización no asistió mucho personal que hubiera deseado tomar parte en aquel acto. Pocos y expresivos discursos después de la comida y en seguida a bailar en la verbena y aprovechar la juventud».

La leyenda que se lee en la camiseta: «Yo también cambié las matrículas del Dornier 15/16» evoca la misteriosa noche en que el propio Ramón Franco, preocupado con el resultado de la fabricación del Dornier español, acude por la noche a los hangares de la base militar de Los Alcázares y, acompañado de un operario, cambian las matrículas de los aviones con el fin de realizar el vuelo en el avión de fabricación extranjera, en el que él confiaba, pero sin comunicarlo a sus superiores, que no hubieran dado su autorización.

El legendario vuelo, que narra el propio piloto en su libro ‘Águilas y garras‘, no llegó a Nueva York, ya que tuvieron que amerizar en mitad del océano Atlántico, donde sobrevivieron varios días con los pocos alimentos que llevaban hata que los rescató un barco inglés. En España ya daban por perdidos a estos pilotos heróicos, por lo que la noticia de su rescate supuso un recibimiento con todos los honores en Los Alcázares, donde se les dedicó una cena que aún se recuerda.

Los Alcázares se prepara ya para conmemorar, el próximo 2015, el centenario de la creación de la primera base de hidroaviones de España y el primer vuelo de un hidroavión en todo el territorio nacional.