Antonio Zapata. Historiador y cronista oficial de Los Alcázares.
José Sazatornil nació un día de agosto de hace 100 años en Barcelona. Esta efemérides nos sirve para recordar al gran actor que fue y sus vínculos con Los Alcázares. Su carrera como actor necesita poca explicación: La Colmena, La escopeta nacional, Amanece que no es poco, Espérame en el cielo o Todos a la cárcel son algunos de los títulos que le convirtieron en actor consagrado y en rostro conocido del mundo de la farándula española durante décadas. Participó en total en más de cien películas, con muchos títulos inolvidables y otros perfectamente olvidables (Rocky carambola, playboy en paro, …), además de obras de teatro y series de TV.

Entre su biografía vital encontramos una relación especial con Los Alcázares. Saza veraneó más de cinco décadas en esta orilla del Mar Menor. ¿Por qué? Pues la culpa fue de una tal Carmen Serrano Hermoso, actriz murciana y sobrina de un maestro muy famoso en Los Alcázares: Bienvenido Conejero Requiel. José y Carmen se casaron y formaron una familia. En una entrevista en el verano de 1982 le preguntaron qué le trajo a Los Alcázares. Y Saza lo atribuyó a la casualidad: «En 1970 trabajaba en Torrevieja en la obra El violinista en el tejado pero un día que no tuve que actuar vine con mi mujer a ver a unos tíos suyos (Bienvenido Conejero y esposa) quedándome desde entonces definitivamente». En otra entrevista de 1991 confesó que «esto cuando se pisa una vez ya no se deja. Esto es una maravilla».
Y Carmen, Saza y su hija siguieron fieles a su cita durante muchos años, convirtiéndose en asiduos del estío alcazareño. Tanto que el periódico La Verdad lo erigió en un clásico de sus entrevistas de verano, como las ya mencionadas. Y todos, vecinos y veraneantes, le recordamos perfectamente con su vieja bicicleta arriba y abajo de las calles del pueblo. Un servidor, hijo de tenderos, tiene entre sus grandes momentos haberle vendido unas plantillas y aprovechar para pedirle un autógrafo, «firmado por el Cabo Santo, por favor». Este momento, junto con un acondicionador vendido a Emma Suárez, conforman mi colección de grandes hitos con famosos tras el mostrador.

El reconocimiento de José Sazatornil por parte del Ayuntamiento de Los Alcázares como Hijo Adoptivo en 2013 fue un acto de justicia. La colocación de una escultura del actor catalán en su bicicleta, en el Paseo Carrión, no muy lejos de su vivienda de veraneo, fue todo un acierto. Hoy se ha convertido en un verdadero photocall. Pero el propio Saza conocía su futuro, sabía que él y su bicicleta eran inseparables en vida y que lo serían también en el recuerdo. En una de las ya mencionadas entrevistas, la de 1991, le preguntaron sobre el asunto y respondió de forma premonitoria:
¿Tirará la bicicleta?
Nunca, estará conmigo siempre, ¡mi bicicleta!
Un servidor, que siente verdadera devoción por Amanece que no es poco, se lo imagina aún hoy ensayando y preguntando al viento de Levante “¿Esto lo saben en Madrid?” o bajándose de su bici, indignado, a las seis de la mañana, y sacar la mano en forma de pistola para disparar al sol saliendo sobre La Manga mientras grita «¡Esto es un sindiós!».
Dicho lo cual, todo el mundo a hacer flashback y a gritar al unísono:
¡Viva el Cabo Santo!