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Los arlequines venecianos del ballet Kebanna marcaron el paso ayer por la tarde en el desfile carnavalero de San Pedro del Pinatar. Con oníricos personajes en azul y plata, volvieron a asombrar al público con la mejor coordinación coreográfica de toda la comarca del Mar Menor.
Al batallón veneciano de la bailarina Laura Martínez, seguían familias de cuento y numerosas comparsas de los padres y madres de alumnos de los colegios locales.
La comparsa La Amistad cubrió las calles con una nube azulada a la que dieron vida ninfas de todos los tamaños. La peña La Llana puso el tono de humor con sus vagones locos de una imaginaria montaña rusa. De mexicanos, con poncho y grandes bigotes, aparecieron los integrantes de la Asociación de Angloparlantes. Los jubilados se decidieron por trajes de rumberos para contagiar los ritmos carnavaleros.