Una empresa especializada revisará el techo del Tárraga Escribano

Lo que era una vieja preocupación, se ha convertido ya en una huelga. El informe de la Comunidad Autónoma sobre el estado del techo de amianto del módulo C del instituto Manuel Tárraga Escribano, de San Pedro del Pinatar, no ha aminorado la preocupación de los padres ni de los alumnos.

El techo de uralita, que se instaló hace 38 años, con la construcción del centro, presenta ya filtraciones y goteras, lo que unido al desmantelamiento general que se hace de este tipo de materiales, ha despertado la alarma entre los estudiantes, que llevan ya dos días de huelga indefinida. Ya han advertido de su malestar por la falta de información, pero aseguran que hasta que no reciban garantías del estado de la cubierta, no volverán a clase.

El IES Tárraga Escribano no solo es el centro con más alumnos matriculados del municipio, casi un millar, sino que es el instituto más antiguo. Los padres se quejan de que el estado de las instalaciones es, en general, lamentable por la dejadez de la Comunidad Autónoma, que no ha realizado el mantenimiento ni las reformas adecuadas para garantizar la calidad del centro. La masificación ha hecho el resto. Con aulas hasta con 37 alumnos, se han tenido que ocupar espacios como la biblioteca, el departamento de profesores e incluso antiguos aseos para dar clase.

El techo de amianto ha colmado el descontento en el instituto. Mientras que en la Consejería de Educación sostienen que la cubierta está en perfectas condiciones y que tiene una vida de 40 años, los alumnos son testigos diarios de las goteras que presenta con cada episodio de lluvias después de 38 años sobre el módulo C del centro. Para el presidente de la Federación de asociaciones de padres de alumnos de San Pedro del Pinatar (Fapa), Sebastián Mateo, el informe del arquitecto Jefe de la Unidad Técnica de la Dirección General de Centros Educativos no certifica el buen estado del techo. «El técnico solo echó una mirada desde abajo y se marchó», explica el portavoz. De hecho, el informe que la Comunidad ha enviado al centro tan solo señala que «no se aprecian, desde el plano de cota de acceso al edificio, daños en la misma. Tampoco se aprecian signos de goeras ni elementos dañados». Sin embargo el técnico precisa que «con objeto de recabar una información más precisa del estado de la cubierta se considera recomendable el acceso a la misma para lo que se requiere la asistencia de medios auxiliares, tipo plataforma o similar».

El informe no pone fin a la preocupación de alumnos y padres, que mañana tomarán una decisión sobre si continúan con la huelga indefinida. Dar clase ya en el módulo C se ha convertido en una posibilidad de riesgo para más de un centenar de alumnos. El anuncio de la Consejería de Educación de que piensa invertir 144.000 euros en rehabilitar las dos aulas del módulo D deterioradas por el uso de las prácticas de acuicultura, ha desanimado aún  más a los alumnos. Educación se mantuvo firme ayer en su decisión de no cambiar el techo, a pesar de que el desmantelamiento de estos materiales es generalizado por su potencial tóxico y cancerígeno, sobre todo cuando el tiempo lo descompone en partículas volátiles que se depositan en la ropa y, al respirar, suponen un potencial peligro para quienes ocupan cada día el edificio.