Las abejas desaparecen del planeta, pero nadie parece tomar medidas ante esta catástrofe natural que tendría efectos incalculables en la producción agrícola. Greenpeace y las organizaciones de apicultores han denunciado la muerte masiva de abejas debido al uso masivo de plaguicidas, sobre todo en zonas de Murcia, Valencia y Andalucía, donde en esta época están floreciendo los árboles frutales de hueso, que son fumigados por los agricultores, que provocan con su acción «envenenamientos masivos».
Los apicultores alertan de que pese a los avisos de las administraciones sobre el grave peligro para las abejas que supone usar plaguicidas durante la floración, estos se siguen utilizando y advierte de que el 70% de los principales cultivos dependen de la polinización por insectos.
Los apicultores de varias comunidades autónomas se encuentran en estos días las colmenas sin actividad y las cajas llenas de abejas muertas. La Asociación de Apicultores de Murcia denuncia estas mortandades «a cientos» justo coincidiendo con la fumigación de los árboles de floración temprana, como nectarinos y melocotoneros.
El veterinarioi de la Asociación de Apicultores de Murcia, Carlos Zafra, denuncia que las mortandades se suceden «con total impunidad para los que aplican este tipo de productos que diezman las abejas, pero sobre todo para aquellos que los siguen produciendo y vendiendo».
Subrayan que en España hay 300 insecticidas autorizados en cuya ficha indican que son peligrosos y muy peligrosos para las abejas. Instan a apostar por una agricultura ecológica como única solución de futuro.