El ‘monstruo’ de las toallitas se asomó a las alcantarillas de San Javier y provocó el desbordamiento del colector de aguas fecales de San Javier. Los operarios de Hidrogea tuvieron que trabajar durante más de nueve horas para retirar el atasco y evitar que las aguas negras siguieran invadiendo la carretera del aeropuerto. Desde el pasado verano, una campaña divulgativa de Hodrogea recuerda a los ciudadanos que no tiren las toallitas al váter.
Un enorme tapón de toallitas ha mantenido en alerta durante nueve horas al personal de Hidrogea en el municipio de San Javier. La empresa suministradora de agua ha tenido que movilizar sus medios técnicos y humanos para sacar de un colector, situado en la carretera del aeropuerto, 350 kilos de toallitas que habían producido el desbordamiento de las aguas fecales.
Tras recibir un aviso, los operarios de Hidrogea se desplazaron hasta el lugar donde estaba la incidencia y comprobaron que el colector que transporta las aguas residuales a la EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) había desbordado e invadido parte de la citada carretera.
Para localizar la ubicación del llamado ‘monstruo de las toallitas’ los operarios utilizan una manguera a presión y, posteriormente, inician los trabajos de limpieza. Pero lo que se preveía un atranque más sencillo se convirtió en una compleja operación por la gran cantidad de toallitas que se habían acumulado y por la fuerte presión que lleva el agua.
Un pozo de alcantarillado desbordado por las toallitas, junto a la carretera del aeropuerto. Hidrogea.
Las labores para sacar las toallitas se alargaron durante nueve horas debido a que la fuerza del caudal impidió retirar el tapón con rapidez y se desplazó hasta el siguiente pozo, donde finalmente quedó retenido.
Los camiones de limpieza retiraron el agua de la carretera mientras esperaban a que el nivel de agua del colector y de los pozos descendiera, con el fin de poder sacar el resto del tapón: Un enorme monstruo de 350 kilos de toallitas arrojadas a la red de saneamiento a través de los váteres.
En las labores de limpieza y desatranque intervinieron tres camiones de limpieza, una brigada de obra civil y una máquina mixta. Además de casi una docena de personas, entre técnicos, capataces y operarios, que en todo momento estuvieron coordinados con personal de los servicios municipales.
La carretera del aeropuerto desboradada por el atasco de aguas residuales, cerca de la Edar de San Javier.
Un colector no es un basurero
Las aguas residuales de San Javier son transportadas hasta la EDAR a través de un colector de 600 milímetros de diámetro, que dispone en su recorrido de pozos, cuya función es la de facilitar las tareas de mantenimiento de la conducción.
Pese a su gran capacidad, el colector no está preparado para transportar esa cantidad de toallitas que, hechas jirones, acaban taponando la conducción y provocando este tipo de averías.
Los atranques de la red de saneamiento por esta mala praxis (las toallitas NUNCA deben arrojarse al váter) están causando graves problemas en los sistemas de saneamiento, no sólo de España, sino de todo el mundo.
Más de 170 asociaciones y entidades operadoras de los servicios de agua urbana de 14 países entre los que se encuentran EE.UU., Canadá, Reino Unido, Francia, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Holanda, Bélgica, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Estonia y España se han adherido a la Declaración de posicionamiento del sector, sobre los productos no aptos para desechar por el inodoro y aquellos etiquetados como aptos.
Recientemente se han producido 55 nuevas adhesiones de empresas españolas operadoras de los servicios de agua urbana, entre las que se encuentra HIDROGEA y sus empresas participadas Aguas de Lorca, Aguas de Jumilla, Aguas de Cieza y Sermubeniel.
Los firmantes de esta Declaración pretenden evitar los problemas medioambientales y económicos provocados por obstrucciones y daños en los equipos de las redes de alcantarillado y estaciones depuradoras.
Más concretamente, Hidrogea junto con el Ayuntamiento de San Javier, iniciaron el pasado verano una campaña de concienciació para evitar que se arrojen toallitas al váter. Se repartieron más de tres mil dípticos y pegatinas en playas, mercados, bares y restaurantes con el objetivo de concienciar a la población de que el mal uso de las toallitas ocasiona importantes roturas y atranques, tanto en la red privada de las viviendas como en la red pública de saneamiento.