Ellos han sido el motor de cambio de Dolores de Pacheco, sus manos y su corazón. Los mayores de la pedanía pachequera, que el 28 de marzo de 1982 crearon oficialmente el Club de la Tercera Edad, acaban de celebrar su 35 aniversario con un homenaje a cuantos han colaborado en la continuidad de esta asociación que atesora gran parte de la sabiduría y los recuerdos del pueblo.
El cronista de Los Alcázares, Pablo Galindo, cuenta en su libro ‘Dolores de Pacheco. Crónica del cincuentenario’ cómo llegó a la pedanía la luz eléctrica y el agua del Taibilla en los años madrugadores de la década de los cincuenta «porque unos vecinos pusieron su empeño y en la plaza del pozo hubo una fuente con agua potable antes de que llegara a San Javier o a Torre Pacheco».
«El teléfono también llegó en los años treinta gracias a árduas gestiones, y con un solo número, que funcionaba desde la central de San Javier. Así se ha hecho Dolores de Pacheco, con gestos singulares de los vecinos», explica el cronista.
Pablo Galindo, enamorado de su tierra, asegura que «conserva Dolores, a pesar de la modernidad, pequeños detalles de pueblo con verdadero sabor a pueblo: la matanza casera, el echar las olivas verdes partidas a golpe de piedra, la elaboración de los cordiales de almendra, salir a tomar el fresco y la tertulia con las vecinas en las noches de verano».
Tantas costumbres y también cambios que ha vivido la generación que actualmente integra la Asociación de Mayores de Dolores de Pacheco, que rindió homenaje a todos los presidentes que han trabajado al frente de los calendarios de actividades y la armonía del centro.
Entre los miembros más recordados del Club de Mayores en la pedanía no olvidan a Fabián Calderón, escritor de pregones y poesía rural. Este viejo y entrañable cartero, que comenzó llevando el correo cada día desde la estación ferroviaria de Balsicas a Dolores, primera a pie y después en bici, escribió numerosas rimas a los jubilados.
«Uno de la tercera edad/se enamoró de tal manera/de una dama de primera/y los versos que le decía/son esta amorosa poesía», empieza uno de sus poemas.