TajMo o la gran noche del blues en Jazz San Javier

ALEXIA SALAS

Ya voy sintiendo el cosquilleo veraniego que suele llegar cuando se acerca Jazz San Javier. Es el síndrome de los conciertos, que me traslada a la oscuridad frente a los focos del escenario, el jaleíllo del ambiente previo al primer acorde, el trasiego de la cantina del auditorio Parque Almansa, los humos de tabaco enriquecido del foso, en fin, que después de varios meses escuchando jazz en Spotify, julio es el premio y la fiesta, el trasnoche y la emoción en penumbra. Presa de la impaciencia, vamos a hablar de jazz, de blues y de rock, de los astros musicales que tendremos en julio para ir creando ambiente. Empezamos con Tajmo, una unión de titanes del blues. Mi noche preferida.

Cuando dos gigantes del blues se unen, la cita promete convertirse en ‘la noche’ y no una cualquiera en la programación de Jazz San Javier. La colaboración del erudito del blues Taj Mahal y su elegante compañero Keb´Mo´,el mejor heredero de la tradición de Robert Johnson, suena maravillosamente en el disco que ambos han estado fabricando durante dos años y medio. Es ‘Tajmo’, una deliciosa colección de 11 canciones sin la dureza del blues desdichado y desolador que tantos bluesmen siguen cultivando. Ni Mahal suena a atormentado ni Mo´cae jamás en esa autoflagelación que suele golpear en la tradición de los contadores de historias del country blues.

Confieso que es el concierto que más me apetece vivir de todo el programa del Festival de Jazz de San Javier, a pesar de que hace tan solo un año que vimos en el auditorio Parque Almansa a ese dandy del blues que es Keb´Mo en una de sus celebraciones refinadas de la música americana o la ‘roots music’, en la que confluyen ramificaciones de las raíces de los estilos mestizos que resuenan en los actuales dominios de Trump, le guste o no el mestizaje al magnate-presidente.

Antes de escucharlo ya sospechaba que al álbum, en el que cuentan con colaboraciones estrella como la de Joe Walsh, Lizz Wright o Bonnie Raitt, merecía una atención reverencial, y no defrauda. Por algo Taj Mahal (Nueva York, 1942) es uno de los exponentes del blues tradicional, un estudioso del género. Profesor de escuela y pianista, cantautor, compositor y musicólogo además de virtuoso mutinstrumentista -toca el banjo, el piano, la mandolina, la flauta, el chelo y el dobro, entre otros-, desde los años sesenta se dedica a preservar el blues tradicional y la música afroamericana. La pasión que siente por la música que surgió de la mezcla de los cantos africanos, las baladas escocesas e irlandesas, las rimas inglesas y las letanías del trabajo en los campos de algodón del sur, no le ha impedido investigar nuevos sonidos y mezclar sus ritmos naturales con el soul, el jazz, el folk, el rythm&blues, el reggae y las cadencias hawaianas.

Escuchar su voz grave, en ocasiones cavernosa y escalofriante, trenzada en el aire con la tonalidad vocal profunda y clara de Keb´Mo´es un feliz encuentro. El considerado rey del blues postmoderno ya había tocado en alguna ocasión con Taj Mahal, pero esta es su primera colaboración intergeneracional.

En Jazz San Javier hemos tenido la suerte de ver en directo al guitarrista afincado en Nashville en tres ocasiones (2008, 2012 y 2016) y sus excelentes conciertos lo traen a la 20 edición del festival, que ha querido ser recopilatorio de su propia historia con el reencuentro de algunos viejos conocidos en el Parque Almansa. Hay nuevos nombres, claro (los repasaremos otro día), pero esta es la edición del libro de oro de Jazz San Javier.

El bluesman acumula ya tres premios Grammy y su estilo versátil va del sonido rural del dobro y la armónica al pop ligero. Así lo ha demostrado en ‘Tajmo’, el disco que vuelves una y otra vez a escuchar sin darte cuenta. No está mal ir preparado a la gran noche, el 14 de julio, sobre todo teniendo en cuenta que será una de las dos únicas ocasiones de ver a los dos gigantes del blues en directo en España, ya que solo actuarán en San Javier y en el Cazorla Blues al día siguiente, 15 de julio.

Las tonalidades de ‘TajMo’

Sabemos que Keb´Mo´es capaz de crecerse en el blues primigenio igual que en el funky, y lo demuestra en el disco conjunto, en el que hay más suyo que del maestro de barba plateada, al menos en el plano compositivo. De ambos está presente el estilo narrativo, el gusto por contar el blues, el acento tradicional, la diversión por los juegos musicales del género. Hay una encantadora dulzura a lo largo de todo el disco, pero contiene algunas joyas con las que pararse, levantarse el sombrero vaquero y arrodillarse a la altura de las botas de semejantes autoridades del blues. Es fácil descubrirse ante ‘Don´t leave me here’, un blues que une lo mejor de ambos, vibrante, rítmico y tramposamente embriagador, ya que uno se deja hipnotizar por esas enormes voces hondas como la noche del Mississippi.

Con sonido de dobro, me enganchó de inmediato ‘She knows how to rock me’, con tono de contador de historia, de enterteinmets de porche de madera y de reunión de amigos que se va animando alrededor de unas guitarras. Con esos guiños de diálogo, de juego entre colegas, los dos gigantes se marcan uno de los blues para el recuerdo.

Se me verá el plumero enseguida en cuanto una a mis dos elecciones favoritas la de ‘Diving Duck Blues’, con dobro rasgado, quejidos de whisky no muy en serio, otra vez la alternancia de voces que hace integrarse en un encuentro de cervezas al atardecer, y esa escalada narrativa que no quieres abandonar.

No se lleven a engaño, que ‘Tajmo’ tiene mucho de ligero y, confieso que me ha sorprendido, hasta qué punto caen los dos veteranos del blues en frivolidades como ‘Squeeze box’, que dará para bailar al pie del escenario de San Javier, o ‘All around the world’, otro tema más discotequero funky que de cantos de hoguera nocturna. Para todos los gustos.

Como era de esperar, le sacan brillo al himno compuesto por John Mayer, ‘Waiting on the world to change’, que se volvió tan popular como banda sonora de la serie ‘Cinco hermanos’, de Sally Field y Calista Flockhart. Ya se lo adelanto, que acabará coreándolo en el foso del auditorio de San Javier como si no amaneciera un mañana.

Y esa joya de ritmos de Soweto, ‘Soul’, con el que TajMo amplía los límites del blues. Un combinado para aspirar todos sus aires lejanos, empaparse de ritmo y bailar hasta que se agoten los bises.