La conmoción del accidente mortal del comandante Francisco Marín, esta mañana frente a la playa de La Manga, se ha unido a la lista de preguntas sin respuesta. La Comisión para la Investigación Técnica de Accidentes de Aeonaves Militares (CITAAM) ha iniciado ya la investigación que determinará qué ocurrió a bordo del C-101 en el que ha muerto el piloto murciano.
Los servicios de emergencias y los equipos de investigación forense continúan a primera hora de la tarde recogiendo partes desprendidas del avión y restos cadavéricos que, con el viento de levante, siguen llegando a la playa que se extiende frente a Monte Blanco, en el límite municipal de los términos de Cartagena y San Javier.
Con la temporada turística aún en ebullición en La Manga, la conmoción que ha causado esta mañana el accidente se ha traducido en un torrente de informaciones no siempre veraces en las redes sociales. Sobre las causas del accidente no se barajan más que especulaciones, ya que los equipos de investigación han comenzado a trabajar para averiguar si fue un fallo de la aeronave o del piloto lo que desembocó en la caída brusca del C-101 al agua hacia las 9,38 horas de esta mañana.
Fuentes cercanas a la investigación aseguran que, a falta de más indicios, parece difícil que el piloto se eyectara del avión segundos antes de la caída como en principio se difundió, aunque indican que con seguridad el comendante Marín evitó hasta el final que el desenlace tuviera consecuencias en la zona terrestre, debido a la concentración de personas durante estos días en la costa murciana.
El comandante Marín era un piloto experimentado, con más de 2.000 horas de vuelo. Había formado parte de la Patrulla Águila hasta la temporada pasada como Águila 5, que en la formación acrobática desempaña las funciones del ‘Solo’. Era el único piloto militar del mundo que en las exhibiciones oficiales realizaba el ‘looping’ invertido, una arriesgada maniobra que despertaba ovaciones entre el público.
En Santiago de la Ribera, sede de la Academia General del Aire, no se olvida la romántica escena que el comendante Marín protagonizó en el verano de 2016, cuando tras la exhibición de la patrulla en el día festivo del patrón, se arrodilló en público ante su novia para pedirle matrimonio.
El inesperado fallecimiento del instructor de vuelo ha causado una enorme conmoción en la base militar y en el municipio de San Javier, donde uno de sus compañeros, Rubén Pérez, ocupa actualmente el cargo de concejal de Seguridad con la misión de programar un plan de festivales aéreos en el Mar Menor para los próximos años.