Los afectados por las riadas piden el deslinde de las ramblas y puentes en las carreteras

«Estamos dispuestos a movilizaciones, cortes de carreteras y lo que sea necesario para que se hagan las obras que eviten que el agua vuelva a entrar en nuestras casas», dijo anoche Mario Saura, portavoz de Stop Inundaciones de Torre Pacheco. Los colectivos de afectados por la gota fría de toda la comarca del campo de Cartagena y Mar Menor se reunieron con los alcaldes de la zona y los consejeros de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Antonio Luengo, y el de Fomento e Infraestructuras, José Ramón Díez de Revenga. 

 

«Vivir en Los Alcázares empieza a ser imposible», dijo anoche el portavoz de la Asociación de Afectados por las Inundaciones del municipio costero, Santiago Pérez Blaya. En nombre de los damnificados de Los Alcázares pidió que se revisen las condiciones de las licencias para construir invernaderos con el fin de exigir que se incorporen embalses de mayor tamaño que recojan las aguas pluviales, una propuesta que el consejero Luengo recogió para estudio. 

«Dentro de las buenas prácticas agrícolas hay que favorecer que el terreno aumente sus condiciones para absorber agua«, señaló Pérez Blaya. Coincidió con el resto de los colectivos en que «la impermeabilización del terreno» a causa de la instalación de invernaderos, nuevas urbanizaciones, campos de golf e incluso el aeropuerto de Corvera ha incrementado las escorrentías. «En Los Alcázares tenemos ríos bajando hacia el Mar Menor», afirmó en la reunión celebrada en el Consistorio alcazareño. 

Reclamó «plantar matorral, que retenga el agua, y arbolado autóctono para crear bosques«, que laminen de forma natural la bajada de las aguas, que bajan cargadas de plásticos y lodos. Sobre el aumento del nivel freático, el portavoz pidió que «la Confederación Hidrográfica del Segura sangre el acuífero porque cuando llueve ya no baja el agua, que no deja de subir en los sótanos de Los Alcázares». «El acuífero está contaminado y descarga en el Mar Menor cerca de 50 hectómetros de agua», indió. Esta contaminación difusa, cargada de sustancias químicas procedentes de la agricultura, aumenta en la medida que sube la presión de agua en el subsuelo, que registra altos niveles tras las riadas. 

Blaya criticó «que la superficie de regadío se ha duplicado desde el año del Trasvase, en 1979, y eso que no tenemos agua». Reclamó además que se limpien los cauces de las ramblas, donde pidió que se realicen actuaciones de laminación de las aguas que eviten el arrastre de toneladas de lodo y materiales a las playas. 

La portavoz de la Asociación de Vecinos de Bahía Bella, Mercedes Aparicio, cuya urbanización se encuentra junto a la rambla del Albujón, denunció que «desde que a finales de los ochenta desviaron el cauce, el deterioro del Mar Menor y de nuestras condiciones de vida ha sido imparable». «Circulan diariamente vertidos de depuradoras, desaladoras, caudales de procedencia agrícola y aguas de otras ramblas. Tenemos la urbanización devastada», lamentó la presidenta. Pidió «recuperar las ramblas naturales y repoblarlas con vegetación originaria». Reclamó además «reforzar la margen derecha de la rambla, que da a la zona urbanizada». 

La Asociación Stop Inundaciones de Torre Pacheco ha presentado ya 2.500 firmas para reclamar soluciones que «eviten que el agua vuelva a meterse en nuestras casas». «Ya hay una primera víctima de las riadas. Un vecino fallecido que esperaba una operación por una caída que sufrió quitando barro», señaló el portavoz, Mario Saura. Denunció «el abandono de las infraestructuras y las ramblas. El Ayuntamiento tuvo que estar limpiando ramblas, que en muchos tramos se pierden porque hay obras encima, y como el cauce se ha descuidado, viene a nuestras casas». 

Saura exigió «obras que eviten que entre el agua en las casas y que haya buenas prácticas agrícolas para que todos pongamos de nuestra parte». Por su parte, el portavoz de la Asociación Centro de Torre Pacheco, Fulgencio Alarcón, denunció «el campo de golf que hay justo en el cauce de una rambla. ¿Quién ha dado permiso para ese campo de golf?». 

«Hemos pasado miedo, con la velocidad que llevaba el agua cargada de barro por el centro de Torre Pacheco», contó Alarcón, quien denunció además que «cada vez que llueve no podemos ir a trabajar porque las carreteras de Torre Pacheco se inundan y nos dejan aislados».

El alcalde de Torre Pacheco, Antonio León, expuso al consejero de Fomento que «toda la red secundaria de carreteras, que es de titularidad regional, necesita puentes sobre las ramblas y canalizar las aguas».

El regidor pidió además el deslinde de la rambla de La Maraña y el redimensionamiento de la del Albujón. Reclamó recuperar la red de desagües del Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario (Iryda), la mayoría tapadas por la actividad agrícola». 

La alcaldesa de San Pedro del Pinatar, Visitación Martínez, explicó que «El Mojón ha sido de las pedanías más afectadas» y apuntó que «el Plan de Vertido Cero del Mar Menor va a ser insuficiente». 

Como portavoz de la Estación Naútica Mar Menor, Luis Cabello alertó sobre «la necesidad de ofrecer playas dignas y un Mar Menor en buen estado» para evitar el desplome del turismo, ya tocado con la crisis económica y la quiebra del operador británico Thomas Cook. Pidió «el remangado» de los lodos que han ido a parar a la primera franja de agua y preguntó qué medidas se tomarán para combatir la eutrofización de la laguna. «¿Vamos a confiar en la resiliencia del Mar Menor?», interrogó el empresario. 

Por parte del Pacto por el Mar Menor, el ingeniero agrónomo Jorge Enríquez solicitó que se derribe el dique de salida de la rambla del Albujón, que la Comunidad Autónoma construyó en 2016 poco antes de la desembocadura para canalizar las aguas que llegaban al Mar Menor hacia una estación de bombeo. Sin embargo, el portavoz de la plataforma ciudadana señaló que «la estación de bombeo no funciona y se produce un salto hidráulico». Afirmó además que «no podemos sacar lodo cada año del Mar Menor y no hacer nada para que no llegue de nuevo». 

El consejero Antonio Luengo saluda a un miembro de Stop Inundaciones Torre Pacheco, mientras el consejero Díez de Revenga charla con la directora general del Mar Menor, Miriam Pérez, y los alcaldes de Los Alcázares, Mario Pérez Cervera, y Torre Pacheco, Antonio León. 

Para el consejero de Fomento, «es necesario establecer un conjunto de medidas para minimizar los efectos de las riadas», pues a pesar de que indicó que «este episodio extraordinario solo tiene un periodo de frecuencia de 500 años, es cierto que las lluvias torreciales serán más frecuentes e intensas con el cambio climático». Díez de Revenga explicó que «se ha creado un panel de expertos para estudiar medidas como crear estructuras de laminación en la cabecera de los cauces. Sobre la crítica a las urbanizaciones que hacia el interior del campo de Cartagena y el municipio de Murcia han contribuido a asfaltar el camino a las riadas, respondió que «la planificación urbanística es de los ayuntamientos, y nosotros solo les damos la última bendición«. 

El consejero de Agua, Agricultura y Medio Ambiente se refirió al Plan de Vertido Cero, que ayudará a recuperar el Mar Menor, al que «han entrado más de 60 hectómetros cúbicos de agua a través de las diferentes ramblas, con cientos de miles de toneladas de sedimentos». Luengo aseguró que estudiará las propuestas de los afectados, entre ellas la de agrandar los embalses y plantar arbolado. Insistió en «trabajar con los municipios en impermeabilizar los alcantarillados y las redes de saneamiento subterráneas. 

El representante de la Confederación Hidrográfica del Segura explicó que el Plan de Gestión ante el Riesgo de Inundaciones se encuentra en fase de exposición pública. El otro proyecto prioritario con el que trabaja la Confederación es el Plan de Vertido Cero, del que preparan dos proyectos a corto plazo: uno de ellos será la red de drenaje para evitar que lleguen las aguas del subsuelo al Mar Menor, y otro para la descarga de los caudales. Cada uno cuenta con un presupuesto de 800.000 euros. El portavoz de la CHS aseguró que «ya hemos hecho 20 sondeos en el terreno, y para final de año sabremos pod dónde debe discurrir la red»,  

 

 

 

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