«La clorofila ha aumentado de forma preocupante y complica la llegada de luz al fondo del mar y, con ello, el riesgo que supone para la flora». Es el diagnóstico del consejero de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, Antonio Luengo, sobre la situación del Mar Menor. Vuelve la ‘sopa verde’.
Luengo reconoce que el aumento de la clorofila es «la principal consecuencia de la continua entrada de nitratos al Mar Menor, y para la que el grupo de ecología lagunar está estudiando medidas para diluir la capa superficial».
Los últimos análisis de variables de la laguna muestran además que ya no existe riesgo de anoxia, ya que los valores de oxígeno se encuentran por encima de 6 miligramos por litro, y la temperatura ha descendido por debajo de 20 grados.
La recaída del Mar Menor en la ‘sopa verde’ que ya sufrió en 2016 llega motivada por la entrada masiva de nitratos y fosfatos a través del acuífero, que va filtrando su caudal por el subsuelo debido al alto nivel freático tras las intensas lluvias de septiembre, pero sobre todo, por el aporta continuado durante décadas de productos químicos de la agricultura.
¿Qué soluciones de emergencia se barajan a modo de ‘bypas’ al Mar Menor? Una de ellas es la de ‘pinchar’ el acuífero para reducir el nivel freático. Otra, el bombeo de aguas del Mediterráneo para diluir la concentración de nutrientes y ‘aclarar’ el agua.
ANSE ha grabado imágenes de la laguna litoral a 6 metros de profundidad al sur de las islas Mayor y perdiguera, que muestran la densidad de fitoplancton que invade las aguas proporcionando una extrema turbidez. Ni siquiera se puede vislumbrar el contorno del buzo que se sumerge con potentes focos.