Jura de bandera en la AGA: ‘Los tres compañeros perdidos duelen como dardos incandescentes’

No fue un acto como el de todos los años para la Jura ante la Bandera de los nuevos alumnos de la Academia General del Aire. La fiesta del Ejército del Aire estuvo marcada esta vez por el inicio de curso lleno de adversidades que han dejado el vacío de los tres pilotos militares fallecidos en los dos accidentes aéreos del pasado verano, el del 26 de agosto en el que perdió la vida el comandante Francisco Marín al caer su C-101 frente a la costa de La Manga, y el de la Tamiz que se desplomó en el Mar Menor el 18 de septiembre ocasionando la muerte del comandante Daniel Melero y la alférez alumna Rosa Almirón. 

 

«El inicio de este curso estuvo marcado por la desgracia y la adversidad de perder a tres compañeros que han sido como dardos incandescentes que dolerán por mucho tiempo», se sinceró el coronel director de la AGA, Manuel de la Chica. En su primer discurso en la plaza de Armas, dirigió sus palabras a los pilotos fallecidos: «Sabemos que seguís aquí entre nosotros, y desde esta plaza de Armas en la que habéis estado tantas veces os gritamos que os echamos de menos«. 

«No solo os recordamos, sino que os honramos con nuestro trabajo y sacrificio, por el que vosotros dísteis vuestra vida, por eso nos hemos sobrepuesto al dolor, nos hemos puesto el mono de vuelo y nos hemos ido de nuevo al cielo«, expresó el coronel. «Paco, Dani, recogemos vuestro legado para seguir formando a los mejores oficiales del Ejército del Aire y procuramos que nadie se quede en el camino víctima de la desesperanza por vuestra partida», dirigió su mensaje a los recordados pilotos. 

La Patrulla Águila en su despedida final a los pilotos fallecidos. 

El silencio más solemne se extendió entre los asistentes cuando el coronel habló a la alumna fallecida. «Rosa, mi alférez, tus compañeros han volado con una rosa en el uniforme y una doble T en sus cabezas en tu honor. Gracias a ti hay una promoción mucho más fuerte y unida, que nunca te olvidará», dijo el director de la AGA en referencia a la tradición, aún presente entre los alumnos de tercer curso, de rasurarse una T en la nuca el día de la ‘suelta’, como llaman al primer vuelo en solitario. El símbolo de la T procede de la señal que se encontraba hace años en la cabecera de la pista para indicar a los pilotos en qué pista aterrizar con el viento en contra. Esta especie de ‘veleta’ ya no se emplea, pues son los controladores aéreos los que indican a los pilotos la zona de aterrizaje. La T se encuentra ahora ubicada a modo de monumento frente al edificio de la Jefatura de la AGA. 

No eludió el coronel las otras circunstancias contra las que ha tenido que luchar nada más incorporarse a la dirección del centro de formación del EA: las inundaciones que no solo causaron daños dentro de la base militar, sino que obligaron a desplegar por la comarca costera los vehículos y el personal necesario para auxiliar a los afectados de Los Alcázares y de San Javier. «Nos ha golpeado la adversidad, pero gracias al personal de la AGA, a vuestra entrega, nos estamos levantando trabajando mañana y tarde, e incluso sábados, para que la actividad aérea esté a su máximo rendimiento«. «Hemos mantenido la base abierta al vuelo en menos de 24 horas desde las respectivas inundaciones», remarcó el máximo responsable de la Academia. 

Uno de los 118 alumnos de nuevo ingreso que rindió tributo a la enseña nacional. 

Destacó el esfuerzo realizado para que la actividad del Centro Universitario de la Defensa no cancelara sus actividades y para que se pudiera celebrar el campeonato interacademias por los que nadie apostaba. «Gracias a vuestra disposición hemos mantenido la seguridad, cuyo sistema quedó inoperativo, y hemos podido comenzar decenas de obras para restaurar lo dañado», dijo. «Pase lo que pase, venga lo que venga, saldremos adelante«, alentó su plantilla civil y militar. 

El coronel De la Chica dedicó a los alumnos de nuevo ingreso, los de la promoción 75, una clase magistral de valores. «Acabáis de realizar el acto más importante de toda vuestra vocación militar, porque supone un compromiso de vida personal, y estáis sujetos a él para siempre, mientras dure vuestra existencia como españoles que sois», les advirtió el director. A los 118 alumnos que cursarán sus estudios en la AGA para convertirse en oficiales del Ejército del Aire les recordó que «lo más difícil es mantener el compromiso en el día a día sin excepción, entregando vuestras vidas a través del respeto y la obediencia al Rey y a vuestros jefes con total lealtad en todas las situaciones, guardando y haciendo guardar la Constitución como norma fundamental del Estado». 

El coronel Manuel de la Chica pasa revista a los nuevos alumnos en formación. 

«Son los compromisos que hacen libre a la persona porque la dignifican», señaló el coronel, quien evocó la escena de la película ‘Braveheart’ en la que William Wallace, encarnado por Mel Gibson, apela al valor de los guerreros escoceses para disuadir a los que tienen la tentación de huír: «Luchad y puede que muráis. Huid y puede que viváis, por un tiempo al menos, y al morir en vuestro lecho, dentro de muchos años, ¿no estaríais dispuestos a cambiar todos los días de vuestra vida por la oportunidad de volver a luchar? Puede que nos quiten la vida, pero jamás nos quitarán la libertad«, clama el líder escocés en el filme. 

En su discurso, defendió «la libertad que nos hace crecer en generosidad y solidaridad con los demás». «La libertad que rompe las ataduras, sobre todo las que imponen las pequeñas miserias, y que os hará acostaros con la conciencia tranquila , porque servir a los españoles es un valor absoluto tan grande que, llevado a la vida diaria, nos hace salir de nosotros mismos y estar por encima de nuestras pequeñas vicisitudes personales», expuso el coronel. «Sed fieles a vuestro compromiso de defender a los españoles ,y seréis libres«, afirmó. 

«Nuestro compromiso con España nos debe convertir en generosos, solidarios, valientes, abnegados, austeros, honrados y creíbles», se dirigió a los nuevos alumnos. «Estamos orgullosos de ser aviadores y de la misión que realizamos, y del equipo que formamos, donde no sobra nadie», aseguró. De la Chica anunció además que con motivo del centenario de la proclamación de la Virgen de Loreto como patrona de los aviadores, el Papa Francisco ha decretado un Año Jubilar Lauretano a todos los viajeros aéreos, militares y civiles. Del 8 de diciembre pasado hasta el 8 de diciembre de 2020 se podrá ganar el jubileo en la iglesia de Nuestra Señora de Loreto de la Ciudad del Aire

La tribuna de honor en la AGA y los invitados al acto de la festividad de la patrona. 

SOLO 8 MUJERES ENTRE 118 ALUMNOS

Son 118 alumnos los que sellaron con un beso su compromiso con la bandera en la plaza de Armas, como es tradición al final del primer trimestre del primer curso. La 75 promoción de la AGA cuenta con 67 aspirantes a pilotos, entre los que se encuentran tan solo tres mujeres, una cifra que se sigue lejos aún de cualquier propósito de igualdad en el Ejército del Aire. De los alumnos pertenecientes a los cuerpos de Intendencia y de Ingenieros, solo se encuentran 5 mujeres. 

SOL, INVITADOS Y SALVAS DE PÓLVORA

Un intenso sol reinó durante el acto militar, que contó con la asistencia del almirante de Acción Marítima, Juan Luis Soto, quien compartió la tribuna de honor con el coronel De la Chica. Asistieron al desfile aéreo y terrestre también desde el palco de honor los alcaldes de San Javier, José Miguel Luengo, y de Los Alcázares, Mario Pérez Cervera, junto al consejero de Empleo y Universidades, Miguel Motas, uno de los miembros de Ciudadanos integrados en el Gobierno regional. 

Entre los invitados se encontraban también los alcaldes de Torre Pacheco, Antonio León, y de San Pedro del Pinatar, Visitación Martínez. Tras los fuertes temporales que han dejado riadas y vientos en la costa, el sol hizo sacar los abanicos en la tribuna de invitados, que llenaron los familiares de los nuevos alumnos en su día más emotivo del inicio de su carrera militar. Tras la ofrenda a los caídos, sonaron las salvas de pólvora y, como cierre al acto festivo, la patrulla Águila dejó su bandera de humo de colores en el cielo. Como despedida a sus compañeros fallecidos, los Águila trazaron su espectácular rotura en el cielo.