Ante la devastación del espacio natural, una valla. La erosión de las dunas de La Llana, probablemente la playa más deteriorada de la Región, ha llevado a la Asociación de Naturalistas del Sureste, ANSE, y Salinera Española a protegerlas con un vallado de 750 metros lineales que bordea unas dos hectáreas de superficie.
La regresión de la playa de La Llana desde hace décadas, a causa del cambio en las corrientes marinas que causó el espigón del puerto, se ha visto empeorada con la destrucción de las dunas, de nuevo por la acción del hombre. No es un secreto que el hábitat dunar que bordea la playa se había convertido en una zona de encuentros para la práctica del ‘cruising‘, como denominan a la búsqueda de parejas sexuales en lugares públicos. Enrtre otras conductas poco ecológicas, esta había provocado numerosas quejas tanto de los usuarios como del personal de mantenimiento del Parque.
El vallado nuevo evitará a partir de ahora el pisoteo continuo y el expolio de plantas. Los expertos de la organización ecologista tienen previsto plantar este año 16.000 plantas de especies dunares.
El depósito de arribazones de Posidonia, la colocación de captadores de arena y la lucha contra las especies exóticas invasoras reducirán la erosión del depósito de arenas muy afectado por la alteración de la dinámica litoral a consecuencia del Puerto de San Pedro, según señala Anse.
La Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) junto con Salinera Española han iniciado las labores de restauración y refuerzo de las dunas de la playa de La Llana en el marco de Proyecto LIFE Salinas (LIFE17 NAT/ES/000184), iniciativa que cuenta con la financiación de la Unión Europea y con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica.
Las acciones de restauración realizadas han consistido, en primer lugar, en el control de Especies Exóticas Invasoras tales como Carpobrotus y Agave americana mediante retirada manual para evitar el impacto sobre la flora autóctona.
Además, para evitar el pisoteo de la duna se ha realizado un cerramiento de 750 metros lineales y unas 2 ha de superficie con vallado cinegético sobre postes de madera que permitirá la recuperación de la vegetación durante los próximos 4 años.
Con el objetivo de acelerar la recuperación de la cobertura vegetal se están introduciendo más de 16.000 plantones de diferentes especies configuradoras de los hábitats de interés comunitario de las dunas y con especial atención a las especies amenazadas como la sabina de las dunas, la esparraguera del Mar Menor, la zanahoria marítima o la tamarilla del Mar Menor.
Para completar la restauración del complejo dunar, se va a proteger el frente con un depósito de arribazones de Posidonia oceanica y se reducirá el movimiento de la arena en el cordón dunar mediante la instalación de 3.000 metros de captadores de arena elaborados con cañizo y postes de madera. Las filas de captadores se colocarán en dirección perpendicular al viento dominante, previamente medido para evitar la llegada de arenas a las charcas salineras y fomentar el crecimiento de la duna. El uso de captadores es la mejor opción para resolver los problemas del hábitat dunar, puesto que simulan el proceso natural de formación de dunas.
Además, en las acciones se ha aprovechado parte de la madera de deriva disponible en la playa tras los eventos de tormentas para devolver a los ecosistemas dunares estos importantes elementos para el ciclo de nutrientes.
ANSE participa del proyecto con otros cinco socios – Salinera Española S.A. (coordinador), Dirección General del Medio Natural de la Región de Murcia, Mãe d’água Lda., Ayuntamiento de San Pedro del Pinatar, y la Universidad de Murcia. Dicho proyecto tiene como principal objetivo la conservación de la gaviota de Audouin (Larus audouinii) y de los hábitats prioritarios como son las estepas salinas mediterráneas (Limonietalia), las Dunas litorales con Juniperus en el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección para la Aves (ZEPA).