En el silencio que cubre ahora el Mar Menor, sin embarcaciones navegando y apenas algunos aviones militares cruzando su silueta, destacan más que nunca los C-101 de la patrulla Águila. Sigue el duelo por el comendante Garvalena, el admirado ‘Solo’ que falleció en el último de los tres accidentes aéreos registrados esta temporada. Este año realizarán demostraciones, pero no exhibiciones, asegura el coronel director de la Academia General del Aire, Manuel de la Chica.
El comandante Eduardo Fermín Garvalena ha dejado un enorme vacío en la formación acrobática del Ejército del Aire. Será insustituible, como todas las personas, pero su puesto en la patrulla terminará por llenarse, aunque tardará en el tiempo. «Iremos poco a poco. Va a ser un proceso largo, pero se hará», asegura el coronel De la Chica.
Este año no habrá calendario de exhibiciones, en parte por el punto de inflexión que vive la patrulla, y en parte por la pandemia, ya que resulta impensable ahora pensar en festivales aéreos con miles de personas concentradas en la costa del Mar Menor o en cualquier otra parte. Sí habrá demostraciones, por lo que es posible que el 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol, la formación que dirige el comandante Daniel Zambrano realice algunos vuelos especiales sobre la laguna. Su presencia será también probable el 12 de octubre, cuando se celebre el día de la fiesta nacional el 12 de octubre.
Va a ser un año diferente para la patrulla, al igual que para el resto del mundo. Su principal reto ahora será encontrar al piloto que se convierta en el próximo ‘Solo’, y no será fácil. Cuando un profesor de la Academia General del Aire, con suficientes horas de vuelo, dé un paso adelante, no contará con la experiencia de su antecesor para guiarle, como ha venido sucediendo en cada relevo. Tampoco se podrá recurrir al que ocupó el puesto antes que Garvalena, el teniente coronel Rubén Pérez, pero se encuentra en excedencia de la vida militar -actualmente es concejal del Ayuntamiento de San Javier-, por lo que ese traspado de conocimientos será imposible.
El aprendizaje de las acrobacias del ‘Solo’ será un proceso largo y complicado, pero no imposible. Así lo cree el coronel De la Chica, quien recuerda que «la patrulla nació en un momento y lo hizo de cero, sin nadie para darle garantías». Los integrantes de la unidad han mantenido sus vuelos de entrenamiento y han incluido «nuevos criterios de seguridad más incisivos».