Aidemar respira con la vacunación a usuarios y trabajadores tras el brote de 40 afectados

Una trabajadora de Aidemar recibe la primera dosis de la vacuna

Trabajadores y usuarios de la Asociación de Discapacitados del Mar Menor, Aidemar, respiran aliviados con el proceso de vacunación, que ya que cubierto con la primera dosis a los 93 usuarios y los 90 trabajadores de la residencia y las viviendas tuteladas. El próximo lunes comenzarán a administrar la segunda dosis, con lo que esperan completar la inmunización en febrero. Los 250 usuarios y 150 profesionales de los centros de día y el centro de educación especial recibirán la vacuna en febrero. 

 

«No había otra elección posible más que ponerme la vacuna, porque pienso en las personas de riesgo con las que trabajo, y en mis padres», cuenta Eva Ferrer, profesional de educación especial de Aidemar (en la FOTO recibiendo la primera dosis de la vacuna). Desde el inicio de la pandemia dejó voluntariamente su puesto habitual en el Centro de Día de San Pedro del Pinatar para atender a los usuarios donde más falta hacía: en las residencias y viviendas tuteladas. 

El esfuerzo del personal ha hecho posible que el casi centenar de residentes discapacitados pasen el confinamiento y las fases más duras de la epidemia de la mejor manera. En Aidemar, la vacuna se vive como una fiesta. «Los críos -como los llama cariñosamente Eva, a pesar de que algunos son mayores- son conscientes de que la vacuna les va a permitir volver a su vida normal, que cambió mucho porque han estado mucho tiempo sin ver a sus familias».

«Ahora se han vuelto a restringir las visitas y no lo llevan muy bien», comenta Eva, aunque los trabajadores no les dan espacio para el desconsuelo. A lo largo del último año han organizado talleres de bozcochos, de molde y de lectura. Por las tardes organizan partidas de dominó y de parchís, pero también tienen que mover los músculos, ya que el centro ha contratado a un profesor de Educación Física para que el encierro no empeore su estado. 

«Vamos por rachas; hay temporadas estupendas y otras, sobre todo cuando perciben que las restricciones aumentan y que algo está pasando, aumentan los problemas de conducta, por eso los talleres», explica la directora de las Viviendas Residenciales Tuteladas, María del Mar Pérez. Asegura que los usuarios están afrontando la vacunación «como campeones».

«Nos dan una lección de vida», afirma la directora. 

De hecho, la vacuna llega como un gran alivio a Aidemar, después del brote con 40 afectados (7 de ellos profesionales) que sufrieron en octubre. «Fue horrible; los usuarios cogieron miucho miedo y no podían ver a las familias. Y también para los trabajadores, que tenían que atenderlos en aislamiento y con EPI», explica María del Mar Pérez. 

Lo peor fue la pérdida de uno de los usuarios por culpa de la Covid. Un residente con discapacidad psíquica, con 70 años, que no padecía patologías previas, pero que empeoró repentinamente cuando ya avanzaba su mejoría. «Llevaba 15 años con nosotros. Fue un golpe duro«, afirma la directora. 

La vacuna ha llevado la esperanza de recuperar lo que más gusta a los usuarios de Aidemar: las salidas a las calles y jardines de San Javier. En dos semanas comenzarán a vacunar a los 250 usuarios de los centros de día y el centro de educación espacial, además de a sus 150 profesionales. Los usuarios del centro especial de empleo serán vacunados en una fase posterior, ya que son trabajadores en activo.