Si sale con su perro a pasear por San Javier deberá llevar una bolsita para recoger los excrementos de su mascota y -como nueva medida-, tendrá que llevar una botellita con vinagre diluido en agua para limpiar la zona donde el animal haya orinado. La nueva Ordenanza ya está en vigor y trae más novedades.
Cristina pasea orgullosa a sus dos mascotas, Mildred, una perra de cuatro años, cruce de lobo con setter adoptada, y Toto de apenas dos años, un perro sin raza definida que llegó a casa en forma de regalo de cumpleaños. Mildred tiene un pasado de maltrato animal. Sus antiguos dueños la abandonaron en la carretera, pero ahora ambos canes están registrados y disponen de michrochip implantado, así como cartilla de vacunaciones.
La dueña de los dos perritos es una de tantas personas que aman a los animales en nuestro país. Vive sola en San Javier con estos dos animalitos que le hacen compañía y son parte de su familia.
Según las estadísticas, en 2019 había 6,7 millones de perros en España y 3,8 millones de gatos (fuente, Fundación Affinity), lo que significa un perro por cada tres hogares y un gato por cada cinco.
En la Región de Murcia el censo facilitado por el Ilustre Colegio de Veterinarios, es de 298.131 perros y 27.335 gatos. En el transcurso de la pandemia, que sufrimos desde hace un año, miles de personas se han animado a convivir por primera vez con una mascota, ahora que pasan más tiempo en casa. Se prevé que este número de animales de compañía crezca exponencialmente. Esto hace que surjan complicaciones, como la que recientemente ha alertado el Colegio de Veterinarios de Madrid: “Hace falta vacunas con motivo del incremento de animales a los que se debe inmunizar por el aumento de adopciones y de mascotas durante la pandemia del COVID 19”.
En medio de esta realidad, el Ayuntamiento de San Javier aprobó su actual Ordenanza de Protección y Tenencia de Animales de Compañía y Potencialmente Peligrosos. El pasado 6 de noviembre de 2020 vio por fin la luz al publicarse en el BORM. Dicha ordenanza es el desarrollo de la normativa autonómica, en vigor desde el año 2017. Su cometido es lograr el máximo nivel de protección y bienestar de los animales de compañía, evitar los abandonos, el maltrato y la concienciación ciudadana a través de la educación en los colegios.
Una nueva mentalidad que ya había calado hace 30 años en los países europeos y que nosotros comenzamos a percibir ahora en nuestro país. Nuevos conceptos jurídicos como: bienestar animal, respeto animal, maltrato animal, gatos ferales, eutanasia prescrita por un veterinario, animales abandonados, carácter educativo o control sanitario, que se implementan en la ordenanza recién alumbrada.
NOVEDADES QUE TRAE LA ORDENANZA
La nueva normativa incluye cambios significativos con respecto a la anterior legislación, como el uso obligatorio de botellitas con vinagre para diluir los orines de las mascotas. Cuando Cristina sale a pasear a Mildred y Toto sabe que no se le pueden olvidar ni las bolsitas para recoger las excretas ni la botella con agua mezclada con vinagre blanco para diluir los orines. Ambos perros deben ir sujetos con cadena, salvo en las áreas dispuestas para el recreo caninas. Deben abstenerse de acceder a zonas de juegos infantiles. La nueva ordenanza sanciona con multas de 90 euros el descuido de ambas obligaciones.
Cuando nuestra amiga se marcha todas las mañanas a trabajar se cuida de dejar a sus dos amigos caninos en el interior de la casa, ya que ambos son bastantes ruidosos y molestan a sus vecinos. También limpia con celo las instalaciones si han realizado deposiciones para evitar olores e insalubridad. Responsabilidad que conlleva sanción leve en caso de dejadez y posterior denuncia vecinal con multas que van de 90 a 300 euros dependiendo de la molestia ocasionada.
La ordenanza de San Javier hace mención a distintas razas de perros que son potencialmente peligrosos como Pit Bull Terrier, Staffordshire Bull Terrier, Rottweiller, Dogo Argentino, Fila Brasileiro, Tosa Inu, Doberman y Mastin Napolitano, entre otros. Los propietarios de estas mascotas están obligados a portar licencia municipal para su tenencia, así como la certificación acreditativa de la inscripción en el Registro Municipal de animales potencialmente peligrosos. La exigencia de documentos como un certificado de aptitud psicológica y de capacidad física del dueño, el no haber sido condenado por delitos de homicidio, lesiones, torturas; acreditación de haber formalizado un seguro de responsabilidad civil, etc. demuestran la preocupación de los responsables de la Concejalía de Sanidad por la existencia de estos animales y el riesgo para la seguridad de los vecinos que conllevan. Cuando pasean por lugares públicos deben llevar obligatoriamente bozal y cadena no extensible de menos de dos metros.
Otro de los puntos importantes que contiene este nuevo marco legislativo local es el de las colonias felinas. Antes de la aprobación de la Ordenanza ya había constitución de asentamientos de grupos de gatos. El Ayuntamiento había llevado a acuerdos con asociaciones de animales para su alimentación e inicio del método CER (Captura, Esterilización y Retorno), sin ninguna norma establecida para la identificación de la colonia, su censo y gestión. Se pone en marcha el procedimiento para regular las colonias felinas, para lo cual se prevé un plazo de cuatro años para implementarlas totalmente. También se perfecciona el procedimiento administrativo para las adopciones de mascotas.
Este tema ha causado polémica entre algunos vecinos que acusan a la Concejalía de Sanidad de no aplicar la vigente ordenanza. El portavoz de Unidas Podemos, Matías Cantabella, ha solicitado la puesta en marcha de los diferentes protocolos, así como más medios y formación para los voluntarios. El concejal de Medio Ambiente, Isidoro Miñano, contestan a estas reclamaciones que «a partir de la aprobación de la actual normativa, se ha puesto en marcha un protocolo y procedimiento administrativo para autorizar colonias, establecer un registro y diseñar las instrucciones para gestionarlas».
Recuerdan que los gatos ferales son aquellos que viven asilvestrados. Dicho protocolo se inicia con una primera fase donde se ubica la colonia felina, se elabora una lista de voluntarios que deseen colaborar (solicitud en el registro del Ayuntamiento), se abre una ficha por cada gato, confección del censo mensual de la colonia, se proporcionará alimento y demás suministros necesarios.
En la segunda fase de desarrollo se realiza la denominación de la colonia, se facilita documento acreditativo y formación de los voluntarios, inicio del primer control veterinario y método CER con su respectiva ficha veterinaria. El protocolo culmina en la tercera fase: cuando se realiza el seguimiento de la colonia por voluntarios y el veterinario. Todos los meses las deberá visitar el veterinario y se aplicará el método CER (Captura, esterilización y retorno). Está prevista la creación de la Mesa de Bienestar Animal y el Registro de colonias felinas del Ayuntamiento de San Javier.
Actualmente se está licitando un contrato de mantenimiento de animales que hace posible la gestión de colonias felinas, en el que se incluye como requisito el certificado de calidad de la empresa adjudicataria.
La relación de humanos con perros y gatos se remonta a miles de años. El efecto positivo de las mascotas en la salud psicológica de sus dueños se ha corroborado por los especialistas. Y también es cierto que se mueve un negocio que va desde los productos alimenticios, consulta de veterinarios, adiestramiento y hasta funerarias. El coste que conlleva el mantenimiento de estos animales repercute en la economía familiar de una manera importante (unos 1.200 euros al año).
La incertidumbre económica hace temer una fuerte oleada de abandonos. Por todo esto se hace cada vez más necesario una pedagogía que se inicie en los colegios para responsabilizar a los futuros dueños de mascotas. También es importante la formación de los trabajadores municipales para poder gestionar con éxito todas las situaciones que se planteen entre mascotas sus propietarios y la vecindad. Con esta nueva Ordenanza, San Javier se sube al tren que los nuevos tiempos reclaman. A pesar, como hemos mencionado, que llega con 30 años de retraso.