Esperanza Meseguer, mejor maestra de Infantil de España: ‘Hay que rebajar contenidos y trabajar la creatividad’

Esperanza Meseguer, en un aula de Holanda

No necesitaba Esperanza Meseguer, maestra del colegio Nuestra Señora de Loreto, de Santiago de la Ribera, ser reconocida con el premio Educa de la Fundación Abanca a la mejor profesora de Educación Infantil de España, para entusiasmarse con su trabajo. 

 

Su aula en el Loreto ya rebasaba los muros escolares. Esperanza lleva varios años enseñando a los niños y niñas de tres a cinco años con todos los recursos que van a ser fundamentales en sus vidas, desde la tecnología hasta la naturaleza. La música, la inteligencia emocional y la creatividad han estado presentes en sus años de docencia en el colegio de Santiago de la Ribera y lo están siendo ahora en Holanda, donde estará un año en comisión de servicio para el Ministerio de Educación. 

El programa de Agrupaciónes de Lengua y Cultura Españolas (ALCE) ofrece enseñanza acreditada a los menores español que residen en el extranjero. La maestra se encuentra en Holanda, pero coordina varias aulas en distintas ciudades europeas. «Echo muchísimo de menos mi clase del Loreto, porque tengo familias maravillosas», afirma Meseguer, aunque esta experiencia profesional está ampliando sus alas profesionales. 

Para empezar, reconoce que «los recursos destinados a Educación en Holanda y Bélgica son impresionantes«. «Invierten mucho en la infraestructura de los centros, tanto en material fungible como en juegos, maquinaria, mobiliario adaptado, que es diferente para cada alumno según sus necesidades, de modo que hay aisentos de todo tipo, no un modelo de pupitre único», explica. 

De los centros educativos holandeses destaca «la ambientación de los espacios, porque hay lugares para la lectura o para el desarrollo motriz, por ejemplo, pero es que los niños van tranquilamente por la calle, que está diseñada para que puedan jugar, con parques pensados para desarrollar la motricidad y muchas zonas verdes». 

La mayor diferencia es sin embargo la dotación de personal. «Para un aula de 20 niños hay tres docentes en exclusiva y una buena coordinación, pero en creatividad no nos gana nadie en España, ya que tenemos una metodología y unos programas que favorecen el aprendizaje», expone la docente. 

Para mejorar la calidad de la Enseñanza en España pide «invertir e invertir e invertir en Educación y en la formación del docente». «Y una buena gestión, que amplifica los recursos», añade. 

Esperanza cree en «la capacidad de nuestro cerebro para crecer». Recomienda «entender los errores como parte del aprendizaje. Entender las críticas como un paso positivo». De su experiencia europea, considera exportable a los métodos que se siguen en los centros españoles «cómo trabajan la conciencia fonológica, la prelectura«. Destaca la relevancia que tiene en la enseñanza la naturaleza. «Es un tipo de enseñanza para la vida, porque aprenden supervivencia, natación, a desenvolverse en un bosque, a hacer fuego, a flotar en el agua, a moverse por los carriles bici y respetar las señales de tráfico, a reciclar y a respetar a los animales. Hay un respeto total por la naturaleza y se ve en que todo está lleno de árboles». 

CÓMO SERÁN LAS AULAS DE FUTURO

Para Esperanza Meseguer, las aulas del futuro serán «muy polivalentes, sin estructuras fijas, más bien moldeables, y que se extiendan a los espacios exteriores. Toda la ciudad debe ser centro educativo, impregnada de tecnología, pero que sirva de vehículo para la construcción del conocimiento de forma individualizada y dan mucha importancia a la creatividad y al desarrollo humano». 

Apuesta por «rebajar contenidos y trabajar más la creatividad y las habilidades blandas». «Crear espacios para la creatividad», señala. Sobre el uso de las pantallas por los alumnos, es partidaria de «limitarlas cuando se utilicen de forma inaudecuada». Alerta sobre el aumento de la miopía por el abuso de las pantallas y recomienda cuidar la salud mental y visual. 

A nivel legislativo, la docente cree que «mientras no haya un pacto educativo, que no tenga que ver con la política, tendremos tropiezos». «La educación no tiene que ser un campo de batalla, ni los alumnos un instrumento político», afirma. Destaca «la alta valoración que hay en Europa sobre la cultura y la lengua españolas». Y señala «la importancia que le dan a los idiomas. Todo el mundo habla inglés, pero es que cualquier niño habla cuatro idiomas«.