La Casa Valderas, un pasado señorial y un premio

Fue un regalo de bodas. El marqués de Torre Pacheco la mandó construir a finales del siglo XIX para su futura esposa, Concepción Díaz de Mendoza y Aguado, lo que ya da paso a soñar con su esplendoroso pasado, pero además aumenta su interés el famoso tesorillo hallado en la finca: 44 monedas de oro de varios reinados. Tras su restauración, que ha merecido una mención especial de los Premios a la Calidad de la Edificación, albergará el Museo Etnográfico del Campo de Cartagena.

 

La Casa Valderas de Roldán resultó galardonada en la V edición de los Premios de Calidad en la Edificación de la Región de Murcia, con una mención especial en la categoría de ‘Rehabilitación’, organizados por la Consejería de Obras Públicas y Ordenación del Territorio y que se entregaron el pasado viernes en Archena. Esta vivienda señorial obtuvo la mención especial por la excelente recuperación del edificio mediante la meritoria tarea de una escuela taller dotada de escaso presupuesto.

Se trata de de una finca de recreo rodeada de jardines, que tiene elementos comunes a las grandes casas rurales que se diseminan por la huerta de Murcia, donde habían caballerizas, almazara y depósitos para almacenar aceitunas o aceite.  Esta casa como el resto de viviendas señoriales del Campo de Cartagena, es el producto final de la evolución de un hábitat típicamente mediterráneo, sujeto a los condicionamientos impuestos por el suelo, clima y sobre todo la estructura económica y latifundista agrícola, que recoge las influencias de las culturas nativas de las zonas litorales, y las construcciones agrícolas tradicionales junto con las influencias arquitectónicas que estaban de moda a finales del siglo XIX. Se construyó con gran lujo y fue habitada por sus dueños en cortos períodos del año. Su edificio principal, está a mitad de camino entre la quinta de recreo ajardinada, según modelo de palacetes afrancesados, la vivienda acortejada de las explotaciones agrícolas, y los elementos decorativo-ornamentales de los hotelitos que se construían en los ensanches hacia los años 1910 – 1920, al gusto modernista. Destaca su rejería, y sus azulejos, sobre fachada de ladrillo visto, que se debió incorporar en una posterior redecoración realizada hacia los años veinte.

La Casa Valderas, está incluida en la relación de Elementos Catalogados por su Interés Histórico-Artístico.

La Casa solariega de Valderas es de finales de 1800. La finca donde está situada perteneció a la familia Melgarejo. Esta finca pasaría al Marqués de Torre Pacheco, quien mando construir la citada casa, como regalo de boda para su futura esposa que sería heredada por las ramas secundarias (no ostentaban el título de marqués) de la familia Fontes.

El famoso tesorillo está compuesto de 44 monedas de oro, que pertenecen a los Reinados de Felipe V, Fernando VI, Carlos III, Carlos IV y Fernando VII. Abarcando un periodo de tiempo desde 1742 a 1825. En la Casa de Valderas estará ubicado el Museo Etnográfico del Campo de Cartagena. Museo que albergará los materiales y elementos que reflejan la economía agraria en todas sus fases, la estructura social y las formas de vida del campesino, sus costumbres, tradiciones y folklore. Para el museo se cuenta con una gran cantidad de materiales, utensilios y aperos agrícolas restaurados y acondicionados, procedentes de fuentes propias y donaciones particulares. La ubicación en la Casa de Valderas servirá para realzar los contenidos distribuidos en salas temáticas sobre aspectos relacionados con la agricultura y costumbres tradicionales.

La Casa Valderas, en la localidad de Roldán, pedanía de Torre Pacheco, perteneció a la Familia Melgarejo. El linaje de esta importante familia se remonta a su llegada en el siglo XIII, justo en un momento de la Reconquista. Son varias las familias que durante siglos se sumarán a ella, consiguiendo progresivamente poder e influencia como el caso de la familia Blaya Melgarejo, Fernández Melgarejo y también Carreño Melgarejo.

En el siglo XVIII obtienen el título de Condes del Valle de San Juan al unirse con la Familia González de Avellaneda, llegando en el siglo XIX  a ser diputados  en las Cortes de la Restauración. Un miembro destacado de esta familia, José Tomás Melgarejo y Musso, llegará a poseer una de las más importantes fortunas de la zona. Baltasar Fontes Melgarejo se distinguió por los favores prestados en la Guerra de Sucesión  a Felipe V. El Marques de Fontes se hizo construir esta casa en a últimos del siglo XIX, adquiriéndola el Ayuntamiento, tras un largo tiempo de abandono, en los años noventa del siglo XX.

Las características neoclásicas de principios de siglo están presentes en esta vetusta construcción. Se trata de de una finca de recreo rodeada de jardines o huertos, que tiene elementos comunes a las grandes casas rurales que se diseminan por la huerta de Murcia, donde habían caballerizas, almazara y depósitos para almacenar aceitunas o aceite.

En alguno de los detalles y decoraciones que contiene su fachada constituyen un recordatorio la función de hotel decimonónico con el que fue construido. Su ubicación dentro de la arquitectura civil viene dado por el carácter monumental de estilo afrancesado que tiene el edificio, más parecido a un palacete de principios del siglo XX que a un cortijo. Por sus peculiaridades constructivas, el entorno natural que la circunda y la historia que atesora, esta construcción despierta un gran interés, de ahí que no sea extraña su inclusión dentro de las rutas turísticas.

Titularidad: Pública. Grado de protección: 1-BIC.

Periodo : Siglo XIX

La Casa Valderas presenta una planta rectangular y dos pisos, unida a ella aparecen las caballerizas, la almazara y los depósitos o estancias de almacenaje de alimentos.

La construcción está dividida en tres cuerpos horizontales separados por moldura de ladrillo visto, el mismo que se utiliza para resaltar cada uno de los elementos decorativos y los vanos de la construcción. El azulejo, quizás un motivo ornamental incluido en alguna reforma posterior, es un elemento clave que destaca por sus colores azul y blanco, que se hacen más visibles por el contraste con el ocre de la casa.

La rejería de forja es otro de los elementos que contribuye a recalcar la belleza estilística de la casa. Un gran balcón es sostenido por una plataforma y columnas que hacen de porche a la entrada principal, con una puerta de madera de cristal y forja. La abundante y variada vegetación  hacen del entorno un marco perfecto para la Casa Valderas.