El murmullo constante de los gusanos de seda devorando las hojas de morera es la banda sonora de la vida de Pepe Caravaca y Josefa Fernández Alcátara, los dos últimos artesanos de la Región de Murcia que hacen hilatura y cosmética natural. Las propiedades del extracto de crisálida forman parte de sus cremas reparadoras, elaboradas de forma totalmente natural.
Varias generaciones de la misma familia dedicadas a la seda, a la cría de esta especie de gusanos que producen una de las sustancias con mayor aprovechamiento para la salud, la cosmética y otras muchas utilidades. Josefa, maestra retirada, vio incluso posibilidades laborales en la seda para los jóvenes de su pueblo, Ceutí. «La producción de seda se estaba perdiendo y solicité a la Comunidad Autónoma una escuela taller para recuperar los usos tradicionales para los chicos del pueblo», explica mientras deslía los miles de hilos de los capullos para deslizarlos en su rueca. «Decidimos financiar al Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario un estudio de las propiedades de la seda», afirma la artesana.
La familia se ha dedicado desde entonces en cuerpo y alma a la cría de gusanos y a la producción de cremas naturales, que venden bajo la marca Quivera Natural a través de internet y en los mercadillos. «Nos tuvimos que trasladar a vivir a lo alto de Sierra Espuña para que los pesticidas que se emplean en los campos no afectaran a los gusanos», cuenta. Crían los gusanos, procesan la seda y elaboran con el extracto de crisálida las cremas regeneradoras. «Para hacer un kilo de seda hacen falta mil gusanos», explica Pepe.
«El extracto de crisálida contiene proteínas, aminoácidos, vitaminas, lípidos y minerales necesarios para tener una piel saludable. Es capaz hasta de eliminar el código de barras de la cara», señala el experto. Además de la cosmética, la familia artesana organiza talleres y acciones formativas.