La última vez que estos dos equipos se enfrentaron en competición oficial fue en una fría tarde del mes de febrero de este año. El Riber había perdido frente al Juvenia en casa por uno a cuatro, apenas comenzada la temporada, y viajaba a Pozo Estrecho con ganas de revancha y mucha motivación para disputar el partido de vuelta.
Desde este periódico escribíamos que los de La Ribera “habían puesto garra y juego pero les faltó puntería”. La verdad es que, a pesar de un terreno de juego en mal estado, los celestes se habían batido con orgullo y dignidad. Al final encajaron un a tres a cero. La expedición volvió a casa con mucho cabreo pero con la certeza de que había jugado bien. El equipo del Juvenía ya se encontraba en la quinta posición, lugar por cierto en el que finalizó la liga. El Riber escalaba peldaños y el conjunto tenía ambición. Formaban una piña y cualquier jugador que saltaba al césped cumplía con creces. José Luis García, responsable del banquillo por entonces, no pudo dirigir el encuentro pues estaba sancionado. Su temperamento le jugaba malas pasadas. Los árbitros no le pasaban ni la más mínima protesta. Como ex futbolista profesional, su gen competitivo le hacía vivir los noventa minutos con una intensidad que transmitía a los jugadores. Desde el banquillo rectificaba y aleccionaba a sus pupilos para que rindiesen al cien por cien en el campo de juego. También recuerdo lo mal que lo pasaba cuando los chavales no jugaban según el plan preestablecido. Su cara era todo un poema. Si a esto sumamos la energía positiva que la afición transmitía a su equipo nos encontrábamos con un karma perfecto. Todo el mundo se divertía. Nosotros bautizamos esta situación como “el espíritu Riber”.
Ese estado anímico no lo aprecié el pasado domingo en el Pitin. Eran los mismos equipos. Las mismas aficiones. Pero vi a un Riber triste y cabizbajo desde el principio. La pasada jornada comenté la superioridad del contrario y en esta tengo que repetirme. El C.D.Juvenia supo adueñarse de todas las líneas del rectángulo. Sus jugadores tenían una velocidad más que los locales. Jugando el balón desde atrás, sin prisas, los defensas siempre buscaban una brecha para enlazar con sus centrocampistas. El porcentaje de posesión fue apabullante. Los dos extremos hacían lo que querían con los laterales ribereños. Y eso que Nacho (18), a los cuatro minutos de iniciado el choque, y en jugada individual, se quedó solo frente al portero al que regateó escorándose en exceso, circunstancia que le restó precisión al tiro, dándole tiempo al cancerbero galileo a rectificar, adueñándose del balón. Este lance animó a la grada blanquiazul. Puro espejismo, ya que en el primer cuarto de hora, un fallo de marca en el lateral izquierdo del Riber propicia el cero a uno. Fueron minutos un poco bruscos donde se sucedieron feas entradas por ambas partes, aunque el colegiado Rhrissa no fue equitativo a la hora de repartir cartoncillos, favoreciendo, en ese aspecto, a los de Pozo Estrecho. El segundo balón que Guillermo (1) recogió del fondo de la red se introdujo en el minuto veintiocho. Un cero a dos que, observando la impotencia de los crancas, presagiaba lo peor. Chechu (3) que acompañaba a Quico (4) en el centro de la defensa gestiona uno de los contados remates del Riber. Fin de la primera parte.
Como es costumbre en los últimos tiempos el entrenador del Riber realiza dos cambios al comienzo de la segunda mitad. Luis (2) sustituye a Cascales (8) y Sadam (15) ocupa el lugar de Javi (9). Habían transcurrido apenas cuatro minutos de esta segunda parte, Juanpe (14) realiza una dura entrada. El juez marroquí estima que es merecedor de la segunda amarilla y le envía a la ducha. Tirando de refranero: “a perro flaco todo son pulgas”. Otra vez con uno menos y con pocas ideas el Riber se encuentra con una cuesta muy pronunciada. Curiosamente la misma falta se repite, pero esta vez es un jugador galileo el infractor. Mohamed ni amaga con tirar de cartulina. Guillermo (1), el cancerbero titular del Riber, tiene que hacer uso de sus buenas maneras y en el minuto diez vuela para repeler un balón que se dirigía a la escuadra. Para entonces los aficionados celestes, agrupados en torno a la peña Demonios Blanquiazules, observan como su equipo se arrastra por el campo. Viendo que los jugadores no reaccionan han enmudecido por momentos. Son minutos de decepción que los espectadores digieren como pueden (algunos incluso empanadillas). El partido se desarrolla por unos derroteros donde el Juvenia juega al futbol con mucho oficio, controlando los tiempos a placer y con un gran sentido de los apoyos. Todo un bloque. Pino ve como sus organizadores actúan como meros espectadores y decide que es hora de que Ruben Peñalver (11) debute esta temporada. Es el minuto trece y el mediocentro ocupa el lugar de Chiner (6). Rubén es un jugador imprescindible ya que sirve de referencia a sus compañeros y también ayuda en defensa. Pero todo sigue igual y el cero a tres se fragua en el minuto veinticinco. A partir de este instante los pañuelos blancos acompañan a los gritos de “fuera…fuera” de los aficionados celestes. Nacho (18) que jugó en punta es sustituido por Roque (16) que intenta con su ímpetu dinamizar el encuentro. Pero esto es la crónica de una derrota anunciada y los goles cuarto y quinto se suceden uno detrás de otro. Chechu (3) parece ser que regala unos versos a los jueces del encuentro y ve la tarjeta roja en el minuto noventa.
Uno de los objetivos de mi humilde visión de los partidos del Riber, y que os regalo todas las semanas en este medio, es ni más ni menos el intentar dejar constancia por escrito de las pequeñas, pero no por eso menos importante, historias de nuestro pueblo. Explicar y poner fecha a esas fotos que ilustran los partidos que nuestros equipos locales disputan semana a semana será un bonito legado. La información enriquece y demuestra que disfrutamos de cada minuto que nos ha tocado vivir. El lector que tenga ocasión de leer estas líneas en el futuro se trasladará en el tiempo hasta nuestros días al visionar las imágenes para conocer las hazañas y también los fracasos deportivos de este equipo que cariñosamente denominamos Riber.
Y como no podemos defraudar a los lectores del futuro, nos entristece comentar la mala imagen que nuestro equipo ha dado en los dos últimos partidos de liga. Desde la grada nos da la impresión que estos chicos no saben a lo que juegan. No tienen ningún modelo. O no saben, o no entienden el que les proporciona Pino. Conocemos las características de cada uno de ellos. También les hemos visto jugar frente a equipos fuertes. Y han dado la talla. Aquí no sobra ninguno. Las nuevas incorporaciones tampoco plantean dudas. Se entiende que juegan en una categoría superior por eso los resultados iníciales no debería preocupar mucho. Lo que realmente me extraña es la actitud. Son gente combativa y lo han demostrado en innumerables ocasiones. Entonces ¿qué ocurre? Mi impresión es que no se divierten. Al grupo le falta chispa. No se presiona arriba debidamente. Se espera demasiado atrás. Y si quieres poseer el balón lo tienes que recuperar lo antes posible para que tu contrario ni lo huela. Las defensas contrarias distribuyen la bola desde atrás con toda libertad. No tienen dificultad alguna para asociarse con sus medios. Tampoco existe la intensidad en el juego. Las posesiones en los entrenamientos tienen que ser un ejercicio constante para lograr una velocidad de mente y piernas, acorde con la categoría. La intensidad se adquiere entrenando progresivamente con balón. Al final el futbolista adquiere poderío físico y mental.
Todo esto tiene solución y se arregla, como siempre, practicando. Por eso estoy convencido de que estos detalles se irán puliendo hasta dar con el sistema de juego adecuado. Cada aficionado llevamos dentro a un entrenador en potencia. Yo no voy a ser la excepción. Por eso me permito decir que a día de hoy el Riber es un equipo sin alma. Apelo, sin acritud, al espíritu Riber.
Resultado final: Santiago de la Ribera F.C. 0- Juvenia 5
Alineación Santiago de la Ribera F.C.: Guillermo (1), Juanpe (14), Quico (4), Chechu (3), Jorge (10), Quiyo (7), Sergio (5), Chiner (6), Nacho (18), Javi (9) y Cascales (8).
Suplentes: Jareño (13), Sadam (15), Roque (16), Edu (17), Luis (2), Rubén (11), Chiqui (12)
Sustituciones: Luis (2) por Cascales (8), Sadam (15) por Javi (9) en el descanso. Rubén (11) por Chiner (6) minuto 13; Edu (17) por Jorge (10) minuto 16. Roque (16) por Nacho (18).
Entrenador: José Pino
Capitán: Jorge (10)
Calificaciones: Guillermo (1), Juanpe (0), Quico (0), Chechu (0), Jorge (0), Quiyo (0), Sergio (0), Chiner (0), Nacho (0), Javi (0), Cascales (0), Sadam (0), Luis (0), Rubén (0), Edu (0)
Árbitro: Mohamed Rhrissa (Mal, no supo ser equitativo en las faltas donde castigó con tarjetas, pero no influyó en el resultado final).
Incidencias: Abucheo y pañolada en la grada con petición de dimisión de Pepe Pino.
Textos: Pablo Melgar Moreno
Fotografías: Paola Celdrán