Una extraña sensación pudimos comprobar el pasado sábado en el campo de Las Tejeras, feudo de la U.D. Los Garres. El partido se tenía que disputar a puerta cerrada, fruto de una sanción federativa. Un campo vacio donde se podía escuchar el eco de los gritos de jugadores y entrenadores.
El público, sin duda alguna, es parte integrante de cualquier espectáculo. Indudablemente faltaba la emoción y energía de los seguidores. Y a esto añadimos un sol asfixiante. Todos estos detalles determinaron el pobre juego del Santiago de la Ribera FC en la primera mitad. El equipo local quería mover la pelota. Sin embargo todas las llegadas terminaban con el balón fuera del terreno de juego. El centro del campo celeste no hilvanaba ninguna jugada. Los medios centros, Tezanos y Sergio Sánchez, muy voluntariosos, pero poco inspirados a la hora de la distribución, no conectaban con sus compañeros de ataque. Dani , solo en la banda izquierda, observaba con desesperación como los distribuidores del juego del Riber perdían balones por la lentitud de sus acciones. Por el carril derecho Roque y Redondo intentaban la penetración pero su inspiración también era limitada. Y para colmo, los que nunca fallan como Alfonso, erraba en el minuto15 a puerta vacía un gol cantado. Es cierto que los locales creaban más juego. Pero para marcar goles hay que tirar a puerta y la U.D. Los Garres no lo hacía con mucha puntería que digamos a pesar de que creaban situaciones de peligro. Quizás más por errores defensivos y pérdidas de balón en el centro, por parte del Riber, que por la calidad de sus delanteros. Hasta que en una jugada de ataque por la banda derecha Redondo en un tiro extraño cuela la pelota en la portería rival. Es el minuto 42 y cero a uno. Hasta ese momento el equipo local era el que merecía estar por delante en el marcador. Pero ya saben esto es fútbol.
Comienza la segunda parte con el cambio de Pepe Ibáñez por Choche lesionado. José Luis Garcia, técnico del Santiago de la Ribera F.C., manda calentar al vigués Suso. El míster no quiere sorpresas desagradables y desea asegurar el resultado. Y quién mejor que el bravo delantero gallego para buscar la tranquilidad de su entrenador. Pero antes de que esto ocurriese el equipo garreño ha conseguido empatar el partido. La salida al campo de Suso y posteriormente, Pablo, revolucionan el partido. Más tarde Ferri sale en lugar de Dani. Se crean acciones ofensivas que la defensa local no puede desbaratar. Ya existen más asociaciones con Alfonso y el balón no sale a penas del territorio de Los Garres. El delantero vigués marca dos goles en apenas diez minutos. Culminando la goleada Pablo a penas a tres minutos del final. Uno a cuatro.
Un encuentro que ha solventado con oficio el equipo ribereño. Sin un juego brillante ha sabido poner en su sitio a un flojito equipo de Los Garres. Ahora queda una semana para preparar el último partido de la liga contra La Hoya. El club lorquino se juega el Campeonato en el Pitín. Los tres equipos de cabeza están muy apretados en puntos y cualquiera puede ser el campeón. El Riber tiene la llave para solucionar el enigma. Los celestes quieren dejar buen sabor de boca a su afición y consolidarse como club después de este duro primer año en la competición.
Textos: www.noticieromarmenor.com
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