El Mar Menor muestra una preocupante tendencia: un incremento sostenido de clorofila, un indicador clave de su salud ecológica. Datos recientes revelan una escalada en los valores de esta variable, lo que podría anticipar situaciones de riesgo para el ecosistema lagunar.
Sistema de monitorización en tiempo real
Desde principios de año, un nuevo sistema de monitorización en tiempo real, impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) a través del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y puesto a disposición del Instituto Español de Oceanografía-Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IEO-CSIC), ofrece una visión sin precedentes del Mar Menor.
Este entramado de estaciones fijas, mareógrafos y estaciones meteorológicas, con una inversión de 1,22 millones de euros, mide variables cruciales como clorofila, oxígeno disuelto, temperatura, salinidad y turbidez. Su propósito es dotar a científicos y administraciones de una herramienta que permita anticipar posibles deterioros en el estado ecológico de la laguna.
Aumento de la clorofila y su impacto
Los parámetros más recientes señalan un aumento sostenido de los valores de clorofila desde el 6 de julio. La concentración de clorofila ha pasado de entre 0,5 y 1 mg/m³ a valores de entre 4 y 5 mg/m³ en los tres puntos de muestreo. En la boya B, situada entre las islas del Barón y la Perdiguera, se han registrado picos hasta cinco veces superiores al valor inicial.
Este incremento conlleva un aumento proporcional y paralelo de la turbidez en la columna de agua, con un aumento del coeficiente de extinción de la luz hasta valores de kd: 0,5 (m⁻¹) y una disminución crítica de la radiación submarina en el fondo, esencial para la fotosíntesis de los macrófitos bentónicos.
Temperatura y salinidad en niveles normalizados
Pese al aumento de la clorofila, la temperatura del agua ha experimentado un ligero descenso. Desde el 10 de julio, se ha suavizado en 1°C respecto a los 32°C máximos alcanzados durante las semanas anteriores de ola de calor. Asimismo, la salinidad muestra una tendencia general de aumento suave, alcanzando valores cercanos a 44 psu en algunas zonas, cifras consideradas habituales para esta época del año. El oxígeno disuelto, otra variable vital, también mantiene valores normales, aunque se observa una tendencia de descenso en la boya B, un punto a seguir de cerca.
En resumen…
- Sistema de Monitorización: Nuevo sistema MITECO/MAPMM a disposición del IEO-CSIC, operativo desde principios de 2025.
- Costo del Sistema: 1,22 millones de euros.
- Variables Medidas: Clorofila, oxígeno disuelto, temperatura, salinidad, turbidez.
- Clorofila: Aumento sostenido desde el 6 de julio; de 0,5-1 mg/m³ a 4-5 mg/m³; picos hasta cinco veces superiores en boya B.
- Turbidez: Aumento paralelo a la clorofila; coeficiente de extinción de la luz kd: 0,5 (m⁻¹); disminución de radiación submarina.
- Temperatura: Descenso de 1°C desde el 10 de julio (máx. semanas previas).
- Salinidad: Aumento suave hasta psu en algunas zonas (valores normales).
- Oxígeno Disuelto: Valores normales, con leve tendencia a la baja en boya B.
¿Por qué te puede interesar?
Los datos presentados ofrecen una visión actualizada y objetiva sobre el estado de la laguna, permitiendo comprender los desafíos ambientales a los que se enfrenta. Para residentes, turistas y aquellos preocupados por el medio ambiente, conocer estos parámetros es fundamental para evaluar la situación y la efectividad de las medidas de protección. Además, la implementación de un sistema de monitorización en tiempo real representa un avance tecnológico clave para la gestión y la toma de decisiones futuras sobre uno de los ecosistemas costeros más valiosos de Europa.