Menos impuestos a los pescadores en un año incierto en el Mar Menor

Los robos de redes, los pescadores furtivos, la caída del consumo…los pescadores del Mar Menor viven años inciertos. La rebaja de la tasa de prestación de servicios portuarios que pagan a la Comunidad Autónoma ayuda a aliviar la reducción de ingresos. Lo pidieron hace tiempo y han sido escuchados.

 

«Es una rebaja importante», comenta Juan Pablo Martínez, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, con un centenar de trabajadores de la mar. «Si hasta ahora pagábamos en tasas el 1% de lo que se vendía en la lonja de Lo Pagán, ahora pagaremos el 0,4%, y eso se nota», señala el patrón mayor. El consejero de Obras Públicas y Ordenación del Territorio, Antonio Sevilla, confirmó esta semana a los representantes de las cofradías de pescadores de la Región de Murcia la reducción de las tasas de prestación de los servicios portuarios que recientemente ha aprobado la Asamblea Regional.
Antonio Sevilla explicó que su departamento ha trabajado con los grupos parlamentarios para que se acceda a la solicitud de los pescadores de rebajar las imposiciones fiscales a través de la modificación del Proyecto de Ley de Medidas Tributarias.
“El Gobierno regional y las cofradías siempre hemos estado de acuerdo en la necesidad de adoptar medidas para paliar los efectos de la crisis en el sector pesquero reduciendo, en la medida de lo posible, los costes generales de esta actividad”, declaró el consejero.
La modificación aprobada persigue, fundamentalmente, corregir la desigualdad en la carga tributaria que tiene que soportar el pescador que está en función de la titularidad del puerto de descarga.
“Desde la Consejería nos hemos dirigido a los presidentes de las cofradías de Águilas, Mazarrón y San Pedro del Pinatar para comunicarles la decisión adoptada por el parlamento regional, pues han sido muchos los encuentros que hemos celebrado con ellos sobre este tema y continuaremos colaborando para favorecer al sector”, señaló el consejero.
Sevilla mostró su satisfacción por la reducción del tipo general al 0,4 por ciento del valor de venta de la pesca descargada y así equipararlo al de los puertos de titularidad del Estado.

Esperando mejor tiempo

Los pescadores del Mar Menor, por su parte, esperan la llegada de la primavera para que aumenten las capturas. Después de un mes de diciembre «bueno», según indica el patrón, enero y febrero suele ser más flojo en capturas. «Esperamos que se mueva más la anguila, el chirrete y el chanquete», destaca Martínez. El repunte habitual del consumo en diciembre no se ha traducido para ellos en mayores ingresos ya que «las especies que tenemos en el Mar Menor no son de mayor consumo en las fiestas, ya que no tenemos marisco». Queda esperar a la primavera para que aumenten la dorada y se empiece a capturar de nuevo el langostino.

Continúan los robos en el Mar Menor

Si hay algo que desespera a los pescadores del Mar Menor son lo robos de las capturas. «Esta semana le han robado a uno de los pescadores hasta las redes», asegura el patrón. Con la caída de la pesca también descienden los robos. «Ellos saben bien cuándo hay más pesca, así que actúan más a partir de mayo, cuando hay mucha dorada y langostino», señala Martínez.

El aumento de estos robos con fuerza se ha convertido en la pesadilla de los pescadores de la Cofradía de San Pedro del Pinatar. «Perdemos dinero y también la ilusión. Cada día pensamos ‘vamos a ver qué nos han quitado hoy'», explica el patrón mayor de la Cofradía, Juan Pablo Martínez.

Si antes se amparaban en la oscuridad de la noche para asaltar las redes, los pescadores afirman que ya aprovechan cualquier momento. «En cuanto nos vamos, allí están. Nos vigilan y, aunque hacemos guardias, nos la hacen igual. Vas y miras las redes y crees que están bien, que están cumpliendo su función, hasta que tiras de ellas y las sacas sin nada. Y así cada día. Es desesperante», asegura el patrón. Los enormes ‘sietes’ que los furtivos hacen en las redes suponen la puntilla para el pescador. «Nos tiramos varios días sin poder trabajar, para remendarlas», afirma. Cada mañana llegan artes al muelle de Lo Pagán con los destrozos que les hacen las navajas de los ladrones. Según el patrón, «a veces usan las redes de bolsa para llevarse los peces, cortan el trozo y listo».

Estos delincuentes del mar actúan «con zodiacs y embarcaciones rápidas, llevan trajes de neopreno para meterse al mar y llegar a las redes. Luego se llevan la pesca en barcos o en coches». Según Martínez, en ocasiones se llevan hasta 100 kilos de pescado. «Hacen varios viajes», afirma. Las zonas preferidas de los asaltantes, el norte de La Manga, desde el puerto de Tomás Maestre a Veneciola, aunque «de Playa Honda hasta San Pedro nos han dado el año con los langostinos, que es lo que más les gusta llevarse porque tienen mucho valor», indica el patrón.

Rompen el mercado

El descaro de los ladrones se acentúa, curiosamente, cuando el valor comercial de las especies sube en el mercado. «Cuando suben de precio, aumentan los robos», dice el patrón. Es más, los amigos de la pesca ajena causan un daño que va más allá de la sustracción indebida. «Rompen el mercado. Van vendiendo por las pescaderías, bares y restaurantes a menor precio. Hay días que a las 8 de la mañana ya hay langostinos del Mar Menor en algunos bares de Murcia, cuando la subasta en la lonja es a las 11 de la mañana», afirma Martínez. Venta ilícita, sin facturas ni impuestos. «Y a veces pasan por delante de nuestras narices, con sus bolsas de pescado. En alguna ocasión nos han llegado a decir ‘vosotros calad las redes que ya iremos…'», se queja el patrón de un problema que ha ido en aumento y está poniendo en jaque la supervivencia de decenas de pescadores autónomos y de los empleos de su tripulación.

El patrón confía en la vigilancia de la Guardia Civil y en las inspecciones que la Comunidad Autónoma realiza en los restaurantes para localizar pescado de procedencia desconocida. «Nosotros emitimos facturas, pagamos impuestos y respetamos las condiciones. Ellos, no», destaca.

Por su parte, la Delegación del Gobierno  sostiene que la Guardia Civil no tiene constancia del aumento de este tipo de delitos. Informa de una denuncia tramitada el pasado abril en El Algar y de otras cuatro faltas leves en mayo que se solventaron en un juicio rápido. En junio se sumó otra denuncia más del mismo tipo.