Un grupo de familias de La Manga pasará el domingo, 11 de agosto, en la playa, pero no tomando el sol, sino limpiando y recogiendo papeles y todo tipo de residuos que los despreocupados turistas dejan en la arena.
Padres e hijo se emplearán a fondo para dejar la playa de Cala del Pino como un espejo. Bajo el lema ‘Soy una playa, no un cenicero’, los promotores se han decidido a dar una lección de respeto por el medio ambiente a los pequeños y, por supuesto, a los bañistas que apagan y dejan sus colillas en la arena.
Han quedado el domingo, 11 de agosto, en la Cala del Pino a las 10,30 horas. El zafarrancho playero durará una hora y las empresas colaboradoras aportarán los guantes y las bolsas. Para los niños, las familias deberán llevar un gorro para protegerse del sol y agua. Los organizadores anuncian sorpresas para los pequeños agentes ambientales.