El juez deja libres a los dos imputados por la muerte del marroquí

El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número siete de San Javier, Antonio Morente, dejó ayer libres y sin fianza a los dos hombres de etnia gitana imputados por la muerte del marroquí el pasado viernes en la puerta de la discoteca Caracas de Los Alcázares. El joven gitano Juan U.A., que se recupera de las graves heridas que recibió en la reyerta, es el principal sospechoso y permanece imputado por delito de presunto homicidio. Sobre su primo José Antonio U.H., de 35 años, pesa un cargo por presunto delito de lesiones.

Los dos imputados han alegado, en su testimonio ante el juez, que no recuerdan nada de la pelea. El más mayor, José Antonio, añadió que cree que fueron agredidos por los marroquíes sin motivo, mientras que el joven Juan, de 20 años, que se recupera aún en el hospital Virgen de la Arrixaca de una grave herida que le perforó un pulmón, alegó que estaba muy borracho y por eso no se acuerda.

El testimonio de una testigo difiere por completo de la de los dos primos implicados en la reyerta del polígono industrial de Los Alcázares.

La testigo aseguró a los policías que cuatro o cinco magrebíes se encontraban «metiéndose rayas de cocaína en el capó del coche de uno de los gitanos». Los marroquíes hicieron caso omiso de las advertencias de José Antonio que se encolerizó y les lanzó al menos seis veces la misma amenaza: «Como saque la herramienta que llevo en el coche…». Así se lo repitió hasta en seis ocasiones, sin respuesta alguna de los marroquíes, que seguían con la droga. El gitano se dirigió a su coche y volvió con una hoz de siega y un bastón con flecos, que empleó para comenzar la agresión. Supuestamente los gitanos iniciaron el ataque contra los marroquíes, uno de los cuales sufrió cortes por todo el cuerpo, a lo que sus amigos respondieron lanzando piedras contra ellos y su coche que, tal como los policías pudieron comprobar después, presentaba cristales rotos con golpes de pedradas, e incluso encontraron una en el asiento trasero, además de huellas de manos y sangre por todo el vehículo y el volante. Supuestamente, la Guardia Civil cree que fue Juan quien lanzó los dos tajos mortales al marroquí con la hoz. 

Cuando el marroquí ya había recibido las heridas mortales de la hoz, presuntamente los amigos le arrancaron a los gitanos la herramienta, convertida en arma letal, e intentaron devolverles el golpe. El traslado urgente de los amigos no impidió que el marroquí falleciera a los pocos minutos en Los Arcos, donde sigue ingresado en la UCI el joven gitano Juan, mientras que su primo José Antonio fue trasladado a la Arrixaca.

En la foto, las pruebas del delito, señaladas con números por la Guardia Civil en la avenida del polígono industrial de Los Alcázares donde se produjo la pelea mortal