La plaza de Armas revive con la Jura de bandera

La histórica plaza de Armas del aeródromo centenario de Los Alcázares recuperó hoy su pasado esplendor con la llegada de más de 300 personas que quisieron renovar su juramento de fidelidad a la enseña española. El Ejército del Aire organizó esta Jura de bandera civil en el marco del Centenario de la Hidroaviación militar, que tuvo su primera sede en la orilla del Mar Menor. Ex militares y jubilados que hicieron la mili en este acuartelamiento, reservado ya a la formación y la instrucción de diferentes cuerpos de la Defensa, desfilaron por la plaza de Armas, aunque también quisieron dejar patente su compromiso con el símbolo nacional numerosas mujeres de todas las edades. 

El alcalde de Los Alcázares, Anastasio Bastida, acompañó al coronel director de la Academia General del Aire, Juan Pablo Sánchez, en el pase de revista que precedió a la Jura de bandera civil. Al ritmo de las marchas militares, los inscritos previamente en el acto, muchos de ellos ancianos que hicieron la mili o prestaron por primera vez juramento a la enseña en esa misma plaza militar, desfilaron para besar la tela bicolor, que fue regalo de la reina Sofía a la base de Santiago de la Ribera y cuya corona se encuentra bordada en perlas. 

«Los actos del centenario de la hidroaviación española han estrechado aún más las relaciones entre la AGA y el Ayuntamiento de Los Alcázares», dijo el coronel Sánchez en su alocución. A los ciudadanos que juraron bandera les dijo: «Me sentiré decpecionado si sentís este acto como uno más del centenario, porque este es el acto, vuestro acto, el de renovar el compromiso que incluye el significado de ser españoles». 

«Esta base era una maravilla», comentaba emocionado un ex funcionario de la Armada, Antonio Posadas. Para el agricultor retirado Diego Martínez, quien hizo la mili en Cartagena, volver a desfilar hacia la bandera ha sido «un momento muy emocionante». El murciano Pedro Ruiz Palma, ex integrante del Cuerpo de Operaciones Especiales, que prestó servicio durante muchos años en Euskadi, quiso vivir como protagonista este momento junto a un compañero de los ‘bionas verdes’. 

Con la mayor emoción mostraba el ciezano José Camacho las fotos, en blanco y negro y con los remates de picos, de su primera jura de bandera en la misma plaza donde hoy la volvió a besar. «Hace 62 años que yo estuve aquí haciendo la mili. Esto era una maravilla y guardo muy buenos recuerdos. Era jefe de la base el teniente coronel Manuel Sánchez Pascual en 1955. Solo me arrestaron una vez y fue una broma, el día antes de licenciarme, del teniente Carrasco con el que me jugaba unos vinos a los chinos», contaba el jubilado frente al pabellón de oficiales. 

A la Jura de bandera civil siguió un homenaje a los caídos, en cuyo monumento el alcalde y el director de la AGA depositaron una corona de laurel. Después el público pudo seguir un desfile terrestre por la avenida principal del acuartelamiento.