Un hombre entra amenazando con un cuchillo en el ambulatorio de Lo Pagán

Mampara rota en el ambulatorio de Lo Pagán tras la agresión

Un susto que pudo acabar en tragedia, A primera hora de la mañana de hoy, lunes, los pacientes que esperaban para hacerse los análisis de sangre en el ambulatorio de Lo Pagán, han pasado uno de los peores momentos de su vida. Un hombre de origen magrebí, de unos 30 años, ha entrado con un cuchillo en la mano, amenazando a todo el que se encontraba por delante. 

 

«Los minutos se han hecho eternos», cuenta la enfermera Lola Aparicio, que resguardó en las consultas a los usuarios que había en el ambulatorio, tal como indicó al personal sanitario el guarda de seguridad. El hombre blandía «un cuchillo de grandes dimensiones, amenazando que cortaba el cuello y el brazo, clavándolo en las mesas, tirando por los aires todo lo que se encontraba«, explica. La actitud del agresor les dejó claro que, o bien se encontraba bajo los efectos de una droga o padecía un trastorno mental, sobre todo cuando «se puso a chupar y comer las plantas». 

Gritaba amenazas en árabe, aunque también llegó a decir en español «llamen a la Policía», por lo que los presentes pensaron que pretendía llamar la atención. En una de las embestidas, ha roto la mampara que separa la zona administrativa del ambulatorio. 

El desconocido ya entró con una herida en el brazo, y dentro del ambulatorio se autolesionó de nuevo en los brazos, lo que dejó un rastro de sangre por el suelo. En un primer momento se le acercó la celadora para preguntarle qué necesitaba, pero al ver al hombre con el cuchillo y en actitud agresiva, esta retrocedió y se cayó al suelo, lo que le ha producido heridas y contusiones en las piernas, los brazos y la cara. 

El guarda de seguridad trató desde el primer momento de frenar al agresor, que finalmente fue reducido por los agentes de la Guardia Civil que acudieron al dispensario médico que se encuentra en la Casa del Mar de Lo Pagán. Tanto los pacientes como el personal sanitario aún no se han recobrado del susto. Cuando todo ha acabado, el ambulatorio ha quedado arrasado, con los muebles tirados, cristales rotos y restos de sangre y de la ropa del detenido.