Don Carnal se marchó como un vendaval. En el desfile que corona y despide su reinado, sopló fuerte sobre la costa del Mar Menor, peinando las plumas de los enmascarados y jugando traviesamente con las ninfas, que tuvieron que sujetar sus tocados durante todo el trayecto. Nubes de plumones azules, rojos, verdes y plateados formaron el desfile de La Ribera de principio a fin.
Más de dos mil personas desfilaron esta tarde por las principales avenidas de Santiago de la Ribera. Comparsas de carnavaleros de todas las edades llenaron de alegría la localidad costera, a la que acudieron cientos de personas a presenciar el espectáculo festivo.
En cabeza desfiló la comparsa P K T Pikes, con sus adornos aztecas en rojo y oro. Aquelarre eligió un azulón exótico para ellos y unos exóticos conjuntos color berenjena para ellas. Bajo el sol, se mezclaron los verdes esmeralda de Bora Bora y los azules de Río. Entre medias, brillaron las plateadas calaveras que la comparsa Olé Olá eligió para ambientar sus disfraces. Las musas, con sus voluminosos trajes, desafiaron al viento.
