El PSOE criticó ayer la expulsión de la sesión plenaria del pasado jueves del concejal socialista Pedro Górriz durante la confrontación que tuvo con el alcalde a raíz de las acusaciones sobre el almacén municipal de La Manga, que el Ayuntamiento tuvo que trasladar el pasado 25 de mayo a otra ubicación por el estado de ruina del edificio Lagomar.
«Cuando el alcalde considera oportuno bajo su criterio personal y subjetivo, comienza a interpelar con el final del tiempo», criticó ayer el Grupo Municipal Socialista en una rueda de prensa. El edil considera vulnerado su derecho a réplica «hasta el punto de estar convencido en lo forzado de la expulsión para callarnos», asegura el edil. El PSOE sostiene que «la situación del recinto precintado y la ausencia de informes en materia de seguridad laboral sobre el nuevo espacio deja aún muchas incógnitas», por lo que el pasado martes, 20 de junio, denunció ante la Inspección de Trabajo de la Región «las presuntas irregularidades» cometidas en relación a las dos últimas ubicaciones del almacén municipal, la primera junto al edificio fantasma de La Manga, en estado de ruina, y después en un solar junto al puerto de Tomás Maestre.
Por su parte, el alcalde, José Miguel Luengo, aseguró que «hemos tenido mucha paciencia con este concejal, ya que son intolerables en esta Corporación los comportamientos inadecuados». «En vez de enrabietarse, tiene que aprender modales y respeto», le respondió ayer el regidor. Para el portavoz popular, Carlos Albaladejo, «no se pueden hacer acusaciones veladas e interrupciones constantes». «Después de llamarle al orden dos veces, le advierte de que si lo hace una tercera vez tendrá que expulsarlo, y aún así continúa», explica Albaladejo, quien defiende que el alcalde no hizo más que «aplicar el reglamento».