Entrar en la cavidad de un Hércules o fotografiarse junto al morro puntiagudo de un caza han sido alicientes accesibles durante todo el día de hoy en Santiago de la Ribera. La exposición estática de aeronaves que ha organizado la Academia General del Aire como preámbulo para el Festival Aéreo que mañana, domingo, se convertirá en el gran espectáculo sobre el cielo del Mar Menor, ha superado esta mañana las previsiones de afluencia de público. Más de 33.000 personas habían accedido ya a las 12 de la mañana a la AGA para ver las aves metálicas.
La llegada de miles de personas a la costa del Mar Menor para ver la exposición de aeronaves en la base militar de La Ribera ha llenado varios de los aparacamientos alternativos, desde donde los autobuses lanzaderas han trasladado al público hasta la escultura del peregrino, a pocos metros de la AGA.
Una marea de gente se veía entrando esta mañana en dirección a las pistas de la base militar, en cuyos aledaños se ha instalado la exposición estática. Desde los primeros momentos de la mañana, a las faldas del Boeing KC-135 Stratotanker se ha formado la cola de público más prolongada para entrar en el interior de este avión cisterna que las fuerzas armadas estadounidenses tienen destacado en la base británica de Mildenhall.
Los más jóvenes han esperado también para subir al simulador de vuelo, habilitado en una cabeza de Phantom. Familias enteras han conocido las interioridades de los dos Hércules del ejército español expuestos junto a la pista de aterrizaje.
El Osprey ha sido una de las principales estrellas de la exposición de aeronaves de la AGA.
El llamativo Canadair UD-13 salvabosques o los cazas más veloces han atraído la atención de los visitantes, que han podido ver al lado las románticas aeronaves de hace un siglo. Tres impecables Bucker han compartido protagonismo con el avión de la patrulla acrobática italiana, los Frecce Tricolori que mañana causarán sensación en la exhibición aérea.
El Tigre, el helicóptero que participó en la Operación Tormenta del Desierto en la Guerra del Golfo, ha sido otra de las principales atracciones en una pista coronada al final por la impresionante silueta del CV-22 Osprey, el híbrido de avión y helicóptero que los marines norteamericanos han utilizado en las operaciones de Irak y Afganistán.
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