Una espectacular luna llena guió a los Magos de Oriente en su travesía por la laguna salada hasta el muelle situado a pocos metros de la ‘isla sagrada’ que ha realizado este año la Asociación de Belenistas de San Javier, bajo la dirección del historiador David Martínez.
A los pies de las grutas marinas a escala y frente al Mar Menor, les esperaba el Niño Jesús sobre cojines de terciopelo. Allí se postraron los viejos Reyes, entre la nube de incienso que portaba Gaspar, rodeados los tres con su larga comitiva por cientos de familias que acudieron a vivir la magia de la noche más especial del nuevo año. Ya en el paseo marítimo, les precedió una familia de sombrereros locos y reinas de corazones que bailaron al ritmo de canciones navideñas. La corte de reina y damas de las fiestas de este año ocupó la primera carroza, seguida por las tres de los reales Magos, que iban entregando regalos y caramelos a los pequeños. Más público que nunca para un desfile que brilló bajo las luces festivas.