«Se nos fue nuestro padre, nuestro adorable y querido papi, Ángel Olmos Mateo. Un ángel, como bien dice su nombre, caído del cielo sin duda alguna, por su bondad, honestidad y capacidad de amar inconmensurable.
Amante de la musica, la lectura y enamorado del baile y mas concretamente de disfrutarlo junto a su inseparable Mari, su esposa, su mejor compañera de batallas y alegrías, el amor y pasión de su vida sin duda alguna y una madraza realmente impresionante.
Ambos han luchado toda su vida para que seamos personas con valores y sobre todo por mantenernos unidos a nosotros, sus cinco hijos..
¡Y vamos, que si lo han conseguido!
Cinco hijos y hermanos unidos por ese hilo conductor que nuestros padres han recargado continuamente sin cesar…
Angel, Ruth, Inma, Esther y Alejandra, así es la familia Olmos López.
Se nos va como el quería, rodeado de los suyos y escuchando musica de fondo con dos de sus temas preferidos: ‘La nana de la cebolla’, de Joan Manuel Serrat y ‘Le Meteque’ de George Moustaki, uno de sus cantantes preferidos al que solía escuchar por las tardes en el salón de casa rodeando a mi madre por la cintura marcando pasitos al compas de cualquiera de sus lindas y peculiares melodías.
Pero este ‘homenaje’, no es solo para recordarle a él, a este impresionante padre y mejor persona, sino para agradecer enormemente y de forma consciente y generosa de parte de todos nosotros, a ese ‘pedazo’ de grupo de enfermeras y enfermeros de la planta C-31 del Hospital Universitario Los Arcos del Mar Menor coordinados por una excelente supervisora llamada Patricia.
Este cuadro recibe a los visitantes y enfermos en la planta C-31 del hospital Los Arcos del Mar Menor.
No se puede decir ni expresar sin que salten lágrimas, de qué forma nos han tratado a toda la familia desde el minuto cero.
Ya no solo en el tema profesional que han sido “cojonudamente” maravillosos… sino por esa extrema amabilidad, empatía y dedicación desmesurada hacia todos nosotros, sobre todo hacia mi padre que no le ha faltado en ningún segundo, absolutamente en ningún segundo, de nada, ya fuera de día, de noche o de madrugada, con esa amabilidad, trato y humanidad exquisita.
Y en estos tiempos que corren donde el agradecimiento, la humanidad o la empatía a veces brillan por su ausencia, queremos dejar constancia en las buenas manos que hemos estado en este hospital y más concretamente en esta planta.
Y terminamos diciendo que mi padre ha fallecido siendo una persona completamente feliz y en sus ultimas semanas cuidado y tratado por un equipo profesional y humano admirable.
¡¡Gracias y mil veces gracias!! por hacer que mi padre se haya sentido hasta los últimos segundos, como en su propia casa.
Y aquí, como es de merecer, nombramos uno por uno a cada uno de estos veintitrés maravillosas y maravillosos profesionales:
Isa, Juan, Ana, Vero, María, Pedro, Fran, Raquel, Laura, Beatriz, Rebeca, Cari, Gustavo, Sandra, Ana, Alicia, Geli, Eva, Victoria, MariLuz, Juani, Carmen, Maria Jose y como supervisora Patricia.
Firmado: Familia Olmos López