Las 5 reformas necesarias para lograr la casa mediterránea del siglo XXI

La casa de la playa ya ha dejado de ser esa segunda vivienda amueblada con los restos de otros salones antiguos, aquella televisión vieja y unas carencias de confort que solo quedaban compensadas con el entorno de un pueblecito encantador cerca del mar. Aquellos apartamentos y chaléts de playa, donde se pasaban largas vacaciones en familia durante los veranos al sol, han evolucionado a edificaciones más modernas y funcionales, con mayores condiciones de confort para que resulten atractivas para las escapadas invernales.

Los cambios en las costumbres vacacionales de las familias han tenido mucho que ver en la transformación, ya que las largas estancias de verano de antaño se han acortado por motivos laborales y, a cambio, se imponen los fines de semana largos fuera de la ciudad, las minivacaciones estacionales y las escapadas invernales. Para que resulte apetecible culminar unas horas de carretera, es imprescindible que ese ‘refugio’ personal resulte acogedor y confortable.

 

Cerramientos seguros y aislantes

Tanto para las largas ausencias como para las estancias, unos cerramientos fiables son imprescindibles. Tal vez de los primeros cambios a tener en cuenta para hacer algunas reformas en la casa de la playa. Nos aportará tranquilidad cuando estemos lejos, ya que unas puertas y ventanas seguras serán siempre una barrera contra los robos. Durante los días de relax cerca del mar nos permitirá mantener la climatización perfecta, ya que mantendrá el frescor del aire acondicionado en verano y de la calefacción en invierno, además de ahorrar energía en ambos casos al evitar la fuga de frío y de calor. Cuidado con los grandes ventanales y las amplias cristaleras que se suelen instalar con vistas al jardín, a la piscina o al paisaje, ya que si hace frío en el exterior actuarán como un transportador de temperatura al interior, así que no hay que olvidar incluir unas buenas cortinas que atenúen el contraste. Si la vivienda conserva el sabor rústico que tanto gusta encontrar al salir de las torres urbanas, es recomendable cuidar el diseño de los cerramientos.

 

Calorcito para las noches de invierno

La amplia variedad de sistemas de calefacción que ofrece el mercado facilita la tarea de elegir la que mejor se adapte a la vivienda según su situación, el clima del entorno, la orientación de la fachada principal, el grosor de las paredes, el número de habitaciones…en fin, toda una serie de factores a tener en cuenta y que derivarán en unas noches agradables en nuestro retiro de fin de semana. Para que la dicha sea completa, nada como las nuevas chimeneas. Solo nos falta la copa de vino y el libro. No querrás volver a la ciudad.

 

Salones para descansar y compartir

La vida cambia cuando estamos de vacaciones. Por eso la casa también. Cuando no tenemos la rigidez de los horarios, podemos dedicar más tiempo a leer, a escuchar música, ver cine o compartir una cena con amigos. La distribución de las salas ha de reflejar ese modo de vida relajado y divertido, con sillones amplios y confortables donde uno puede quedarse a solas o recibir visitas inesperadas. Puede que incluso resulte práctico reservar una habitación o una zona del salón para juegos, tanto infantiles como de mayores.

 

Habitaciones alegres y temáticas

Si tendemos a ser más clásicos con la decoración de nuestra vivienda habitual, por temor al cansancio visual de algunos colores o estilos, tal vez en ese refugio ocasional nos podemos permitir algunas alegrías, como unos colores más arriesgados en los dormitorios o una decoración temática relacionada con el entorno, como los motivos marineros si estamos cerca de la playa, o más rústicos si la vivienda se encuentra en el campo. Encontrar motivos en las cercanías será más fácil para dar ambiente a la vivienda.

 

Una cocina práctica y fiable

No vamos de vacaciones a trabajar en la casa, salvo que quieras organizarte un huerto doméstico. Para evitarte trabajo innecesario, elige la cocina más funcional posible, con placas vitrocerámicas o de inducción que se limpien de una pasada, un horno fiable y una nevera con espacio para las bebidas de los amigos que seguro llegarán de un momento a otro. No hay peor manera de vivir el fin de semana de escapada que llegar y comprobar que el horno no funciona para dorar la pizza ni ese pescado fresquísimo que soñábamos comprar en la lonja más cercana.

Feliz escapada a tu casa mediterránea del siglo XXI.

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FOTO 1: Viadurini/homify.es

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