Lejos del desierto, donde tienen sus casas, también han encontrado a una familia. Los 128 niños saharauis que han aterrizado hoy, jueves, en el aeropuerto de San Javier, pasarán el verano en las casas de sus familias de acogida en la región de Murcia. Niñas como Marta, de 12 años, que lleva esperando todo el invierno para volver a disfrutar de una temporada con su madre murciana, la ciezana Antonia Martínez, viuda, que lleva 12 años participando cada verano de este programa que permite a numerosos niños conocer otra realidad diferente a la que se vive en los campamentos de refugiados de Tindouf (Argelia). Muchos de ellos, con problemas de salud, recibirán atención médica, una alimentación más completa que la que reciben en sus casas, ya que los campamentos padecen problemas de suministro, y el cariño de una familia.
En realidad no son solo familias de verano. «Durante el año la llamo, pero es difícil, porque allí tienen problemas de cobertura y se dejan los teléfonos entre las familias», cuenta Piedad Rojas, otra madre temporal. Les envían paquetes con algunos de los alimentos que piensan que allí pueden escasear y algunas cosas que les gustan a los pequeños. «Yo le mando ketchup, que le encanta», cuenta Mari Muñoz, una madre de acogida de Calasparra.
La Asociación Vacaciones en Paz organiza este viaje a la Región, con la ayuda económica de algunos ayuntamientos, una aportación de la Comunidad Autónoma, algunas entidades privadas y, sobre todo de las familias colaboradoras.