El infortunio se ha cebado con la promoción LXIV de alumnos de la Academia General del Aire de San Javier. Dos accidentes aéreos en seis meses han dejado una estela de tristeza por el compañero Eduardo Francisco Castilla, y por las secuelas sufridas por el alférez Sergio Santamaría. El recuerdo por uno y el deseo de recuperación por el otro han nublado el acto de entrega de los Reales Despachos de Teniente, presidido por el ministro de Defensa, Pedro Morenés.
“Es una tragedia”, dijo el ministro sobre los dos accidentes que han sufrido alumnos de la misma promoción. “Nuestros militares están maravillosamente formados, pero la de militar es una profesión de riesgo y eso no supone que el Ejército del Aire no tome las medidas para que no ocurran. Otra cosa es la vida y el destino”, afirmó Morenés en la base de La Ribera. El ministro cree que “si se compara la historia del Ejército del Aire con el de otras fuerzas armadas, es notabilísima por los pocos accidentes ocurridos aquí”.
La pena ante la inevitable pérdida del alumno Castilla frente al afán de recuperación de Sergio Santamaría. «Estoy contento a pesar de todo. Ya veo la luz al final del túnel», afirmó el joven militar tras el acto en el que sus compañeros recogieron los despachos de oficial. A él ese momento se le está haciendo de rogar. «Mi objetivo sigue siendo ser piloto, pero todo depende de cómo me recupere», cuenta sin perder la sonrisa. Fue el único superviviente del accidente del F-5 en el que murió su instructor, el capitán Ángel Álvarez Raigada. Acababan de despegar en un vuelo de instrucción en Talavera la Real (Badajoz) cuando el motor izquierdo del biplaza se paró. Decidieron volver y forzar un aterrizaje en pista, pero el aparato ya era imposible de controlar e impactó contra el suelo, causando la muerte del profesor. Tras 8 meses de recuperación, el alférez Santamaría aún necesita muletas para caminar, pero está dispuesto a «trabajar duro». El ministro de Defensa le ha entregado hoy la Cruz del Mérito Aeronáutico con distintivo amarillo.
Un caso distinto del que sufrió el alférez Castilla, cuyos padres recogieron hoy de manos del ministro el despacho de teniente honorario. Hace ya algo más de un año que el C-101 en el que realizaba un vuelo de instrucción se estrelló en Alcalá de Henares en una mañana de intensa niebla. Tanto el alumno como el profesor, el capitán Julio Castellón Bueno, tenían los paracaídas desplegados, lo que indica que intentaron saltar del aparato pero no les dio tiempo.
Un total de 82 alumnos, 6 de ellos mujeres, recogieron hoy su despacho de Teniente. Tras el relevo del abanderado, el ministro hizo entrega de la Cruz del Mérito Aeronáutico al número uno de la promoción LXIV Mario Peña Pascual. El homenaje a los caídos por la patria estuvo marcada esta vez por el recuerdo del compañero desaparecido, cuyos padres depositaron la corona en el monumento de la AGA.
La patrulla Águila sobrevoló de nuevo el monumento a los desaparecidos por la patria, con su estela de humo bicolor, para cerrar un acto al que asistieron los alcaldes de San Javier, Juan Martínez Pastor, y de Los Alcázares, Anastasio Bastida. Estuvieron presentes el delegado del Gobierno, José Joaquín Peñarrubia; el consejero de Presidencia, Manuel Campos, y el director del aeropuerto, Pedro Vicente Gallut.
Video del momento en que los nuevos oficiales reciben la orden de ¡rompan filas! y lanzan sus gorras al aire
Video del homenaje a los caídos por la patria, presidido por los padres del alumno fallecido el pasado noviembre en un accidente aeronáutico: