Los premios Goya se han fijado en el videógrafo de enlaces nupciales de la pedanía de El Mirador, en San Javier. Gabriel Moya, creador de videos de boda, que empezó a los 13 años ayudando a su padre, el fotógrafo de la localidad, Agustín, a grabar las fiestas del pueblo, se ha convertido en el primer nominado a los premios nacionales de fotografía.
Moya es uno de los creadores audiovisuales que en España han revolucionado su especialidad con los videos dramatizados, con argumento, al más puro estilo cinematográfico. Su video ‘La violinista’ le ha valido la nominación a los galardones nacionales. Una poética visión de los prolegómenos a la boda de una pareja que se viste mutuamente con fondo de violín. «A veces una pareja normal, él empleado de banco y ella enfermera, se convierte en dos actores consumados», explica Moya. «Nunca les pido que sobreactúen. Huyo del video pasteloso y prefiero que ellos se sientan a gusto, por eso trato de situarlos en escenarios que tienen significado para ellos, un barco si son aficionados al mar, o a las motos, o en el lugar donde decidieron casarse», indica el creador.
Gabriel define su estilo: «Muy poético, trato de captar los pequeños detalles que transmiten muchos mensajes. Me gusta trabajar las siluetas, dar mucha importancia a la luz, emplear música instrumental y atemporal», explica. Sabe que sus pasos tras la cámara se dirigen al video con argumento y dramatización. «Quiero trabajar más con cortometrajes para trasladar su estilo a las bodas. Emplear los recursos de la ficción para las narraciones reales», cuenta Moya. Todo un universo de imaginación al servicio de las historias de amor, como uno de sus últimos videos, en que metió a la pareja protagonista en la piel de dos piratas que se roban mutuamente el botín de joyas y terminan junto a un romántico fuego en la playa bajo las estrellas.
Mañana, 26 de enero, se decide en una gala en Zaragoza si el premio Goya al reportaje social viene por primera vez a la Región.