El turismo de salud se especializa en Murcia

Los balnearios y centros termales ofrecen tratamientos especializados para distintas dolencias. La moda del ‘wellness’ o servicios de bienestar, belleza y relax que despegó en los años noventa, abrió las puertas de los balnearios a un nuevo tipo de cliente y popularizó los spas.Los balnearios de Archena y Fortuna o el centro de Talasoterapia de San Pedro del Pinatar convierten Murcia en un destino de salud difícil de igualar.

 

Los balnearios quieren resaltar sus valores más sólidos, las aguas minero-medicinales declaradas de utilidad pública de Archena, Fortuna o Mazarrón, los equipos médicos que avalan sus tratamientos, y unas instalaciones modernas que han recibido cuantiosas inversiones en los últimos años. «Los tratamientos ya son el 50% de la actividad de Archena y más en Fortuna, pero ahora estamos haciendo más incidencia en este cliente, apostando más por la salud», indica el presidente del Consorcio de Turismo de Salud, Miguel Lloret. Los balnearios ofrecen tratamientos exclusivamente con aguas minero-medicinales, mientras que el centro de talasoterapia emplea agua de mar.

A pesar de que casi el 68% de los turistas de salud proceden de otras comunidades autónomas, y sólo el 21,6% del extranjero, «es en el centro y norte de Europa donde hay una cultura en la clase médica y en el sector público de la eficacia de los tratamientos de aguas para las dolencias, porque el Estado ve rentable la inversión, ya que se evitan bajas laborales y el coste en medicamentos», explica el presidente del Consorcio. La diferencia va más allá, para la doctora Carla Morel, especialista en Hidrología Médica del centro Thalasia de San Pedro del Pinatar, que ofrece tratamientos a base de agua de mar.

Thalasia ha comenzado ya a ver resultados de su vertiente médica y su especialización en técnicas de rehabilitación en el agua marina. Ya reciben grupos de pacientes suecos que se recuperan de ictus cerebral, un mal que afecta cada vez más a personas por debajo de los 45 años, según apunta la doctora Morel. «Además de la recuperación que experimentan, les enseñamos cómo mejorar su vida, ser autónomos, manejarse en una habitación, aprender a cocinar, todo en un ambiente agradable que les motiva más que un hospital», explica la responsable médica de Thalasia. Han tenido que adaptar habitaciones del hotel, instalar colchones especiales y dotar el centro de personal bilingüe, incluidos los fisioterapeutas.

El resultado es un huésped-paciente de estancia media de tres semanas -la tendencia contraria al turismo convencional- que encuentra además en el entorno una costa soleada donde planear posible vacaciones futuras. En las próximas semana recibirán grupos de niños rusos menores de 5 años con retraso psicomotor que encontrarán en la mayor flotación de las piscinas de agua marina un medio ideal para la movilidad.

Con la consolidación del turismo de salud, Thalasia ha duplicado en un año su número de consultas médicas y de pernoctaciones. En 2011 recibieron a más de 64.000 usuarios en el centro termal, de los que 4.000 eran pacientes, es decir, el doble que el año anterior.

El centro explora además nuevas fórmulas como el turismo médico, que permite a un paciente extranjeros recuperarse en Thalasia de una operación realizada en alguna clínica privada española o lograr un mayor porcentaje de éxito en las fertilizaciones in vitro gracias al descanso en el centro de talasoterapia.