En pleno Paseo de la Feria de Los Alcázares, tiene sus puertas abiertas desde hace años Lápiz y Papel, la librería y papalería que Carmen Saiz regenta con devoción por la lectura, las tapas de los libros nuevos, el olor de las gomas y los lápices sin estrenar. «Soy una buena librera; me encanta leer», afirma Carmen, que recomienda lecturas a sus clientes según el destinatario o los gustos personales.
«Mucha gente viene de otros pueblos a comprarme libros», comenta Carmen, que observa con tristeza cómo las librerías son un comercio en extinción. La última que se dedicaba en exclusiva a los libros, Tahiche, cerró hace ya un par de años en Santiago de la Ribera. La librera destierra el mito negro de que la gente no compra libros: «Yo vendo más de 300 algunos meses«, afirma. Una de las ventajas de acudir a una librería local, como Lápiz y Papel, es que sueles encontrar obras de autores locales, como la poeta Pilar Álvarez, que eligió esta orilla del Mar Menor para vivir casi todo el año.
Escaparate de Lápiz y Papel, con los poemarios de Pilar Álvares y otros títulos.
Carmen es partidaria de «cuidar cualquier tipo de negocio que tengas. Yo cuido el escaparate, el orden, el colorido y procuro traer todo lo que me piden los clientes». Defiende la lectura en papel por encima del libro electrónico. «Un libro lo puedes dedicar, lo puedes envolver; una pantalla, no», recuerda. Además de libros, Carmen ofrece en su local muchas opciones de regalo, desde tazas a complementos, cuentos infantiles y prensa diaria.
La librera combina su horario comercial tras el mostrador de Lápiz y Papel, con la lectura y con su otra afición: la cocina. En su página de facebook ‘Cocina con C‘ elabora recetas, sobre todo dulces, con videos prácticos. Y aún le sobra tiempo para preparar las magdalenas que su nieto Alfredo sirve en el café La Favorita, que funciona en la puerta de al lado de la librería.
FOTO: La librera Carmen Saiz con su nieto Alfredo Gómez, gerente de La Favorita, donde sirve las madalenas caseras de su abuela.