Hasta la cocina de Otilia, en el restaurante Bellavista de Santiago de la Ribera, llega la brisa del Mar Menor. Ese aire impregnado de sal y rayos de sol se cuela en sus calderos y paelleras para darle más intensidad a los arroces que han hecho famoso el restaurante en los últimos 25 años. En primera línea de playa llevan ya Román Rodríguez y su mujer, Otilia, con todo su equipo, cocinando los pescados frescos, los arroces marineros y postres caseros que se sirven en la terraza del paseo marítimo.
«Aprendí a hacer arroces de un pescador, y cada uno tiene su secretillo», cuenta Otilia, que comenzó dándole el punto a los calderos en la isla Perdiguera hace ya más de 30 años.
Rodeados de mar trabajaron duro durante más de siete años para atender a los turistas que desembarcaban en la isla en busca de unos pescados a la parrilla, arroces sabrosos y sobremesas a la sombra de un rústico techado desde el que se contemplaba el mar.
«Siempre hemos trabajado en la orilla del mar», cuenta Román, que ya no sabría qué hacer si le quitan esa vista que da nombre a su restaurante. Se quedó prendado del paisaje de La Ribera en cuanto se asomó a la playa. «Era la primera vez que veía el mar y me quedé impresionado, esos barcos, ese brillo del agua», recuerda el hostelero. Decidido a no despegarse de la orilla, buscó local con las olas cerca y, así, abrió el Bellavista el 9 de junio de 1991, en un día festivo de la Comunidad murciana.
Como en todos los inicios, Román y Otilia fueron de menos a más. «Teníamos pocas mesas, porque en el paseo casi estábamos solos, pero cada vez teníamos más clientes que nos pedían arroces, frituras de pescado y calamares», explica el empresario. Después incorporaron el arroz abanda y el de bogavante, que se han convertido en las estrellas de la carta durante muchos años, aunque ahora compiten en protagonismo con la novedad de este año: el arroz con carabineros y pescado del Mar Menor. «Lo servimos meloso, para tomar con cuchara, y ha sido un éxito», cuentan los hosteleros.
La fama del Bellavista se ha extendido como un viento de Levante y, en un fin de semana de verano, el equipo de Román puede llegar a servir más de 300 raciones de arroz, además de los que preparan para llevar.
Por su terraza marinera han pasado artistas como el actor Roberto Enríquez (‘La Señora’, ‘Vis a vis’, etc), Augusto Algueró, Betty Misiego, Finito de Córdoba y otros rostros famosos que no se han querido marchar del Mar Menor sin probar los arroces al punto de Otilia. «Ella es el motor de la cocina, supervisa la mercancía, organiza la salida de los platos, sufre, pelea y da el toque a todo», explica Román, quien elabora la carta de cada temporada junto a su mujer.
Palmeras y tapas
Comer o cenar bajo las palmeras con una variedad de tapas para picotear es uno de los placeres del verano. Mesas informales entre amigos para combinar sabores y compartir platos muy familiares, como las almejas al ajillo, berenjenas a la miel de caña o caballitos caseros. Se han hecho un hueco de honor en la carta de tapas los crujientes de jamón sobre nidos de patatas paja y huevos de codorniz, y las piruletas de solomillo de cerdo con salsa de mostaza y miel.
Las tapas suelen abrir boca además para platos tan especiales como una lubina salvaje a la plancha, un caldero o un lomo de gallo San Pedro regado con salsa de naranja. Al aire del Mar Menor.
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