La corona de la Virgen del Carmen luce ya en el Museo del Mar entre sal y redes

El patrón mayor de los pescadores de San Pedro del Pinatar coloca la corona de la Virgen del Carmen en el Museo del Mar

La corona de la Virgen del Carmen, que los pescadores compraron en 1940, ha regresado a manos de la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, que la exhibe ya en el Museo del Mar. Una visita a este singular museo, en el primer piso de la calle Ingeniero Lorenzo Morales, permite adentrarse en el universo creado por los pescadores con maquetas artesanas, ejemplares raros y nostalgia marinera.

 

La corona de plata con gemas rojas y verdes, decorada con cabezas de angelotes alados, se ha convertido en la joya del Museo del Mar desde una de sus vitrinas. Escapularios que ha lucido la imagen mariana y fotografías de romerías pasadas y del rastro que dejaron en la prensa de cada época, se pueden ver en este singular museo.

El párroco Roberto Burgos acaba de devolver la corona de la Virgen del Carmen a manos de los pescadores, que la compraron en 1940 por mil pesetas junto con la imagen mariana. «Parece poco dinero, pero su esfuerzo costó en aquellos años a los pescadores quitarse de una parte de lo poco que ganaban en la mar», comenta Carmen Gracia, cuyo difunto marido fundó el Museo con la recolección de objetos marineros.

Benito Pérez y su madre, Carmen Gracia, hijo y esposa del pescador que comenzó a reunir los fondos del Museo.

Su hijo, Benito Pérez, se hace cargo actualmente de la custodia de la sala que se inauguró hace 35 años en el primer piso del número 2 de la calle Ingeniero Lorenzo Morales, propiedad de la Cofradía de Pescadores. «Fue primero dispensario médico para los pescadores, y después funcionó como oficina de la Cofradía, aunque la lonja estuvo siempre en Lo Pagán», explica el patrón mayor, Jesús Gómez.

El visitante puede ver las imágenes del último concurso fotográfico de la romería de la Virgen del Carmen, con motivo de su 125 aniversario. La mirada se demora en los galeones, caravelas y navíos que decoran las paredes en forma de maquetas artesanas elaboradas por los propios pescadores. Más humildes pero con igual encanto son las maquetas de las traíñas y pantasanas, con especial atención al bote de luz que antes alumbraba en alta mar las tareas de las pesquerías.

Maqueta del arte de la pantasana en el Mar Menor.

Los amantes de la naturaleza se sorprenderán con la tortuga gigante que se encontró varada en la playa de La Llana, o los ejemplares de pez globo, pes escopeta o pez luna. Fósiles de caracolas, una estrella de mar negra o la colección de esponjas marinas llenan la sala del mar.

Quien quiera conocer los diferentes artes de pesca, en el Museo del Mar encontrará maquetas a escala de las encañizadas, de las morunas para la captura del chirrete, y de los viveros para anguilas.

El Museo se puede visitar en los días laborables de 11 a 13 horas y de 5 a 7 de la tarde.

Bote de luz para traíñas en una de las maquetas del Museo del Mar.