Fue refugio de piratas, pero en los últimos tiempos es paraíso de aves y biólogos. Especies migratorias que sobrevuelan el continente africano recalan en la isla Grosa, un cono volcánico situado justo frente a la costa de La Manga, como parada y finda de lujo. Los recortes públicos sin embargo han alejado a los investigadores, y la gaviota de Audouin casi ha desaparecido en busca de otras fuentes de alimentación.
Hace aproximadamente cinco años que los biólogos de la Asociación de Naturalistas del Sureste, ANSE, tuvieron que abandonar la isla coincidiendo con el final del Proyecto Life, que pretendía garantizar la conservación de la gaviota de Audouin en la isla. La Grosa se convirtió en la tercera colonia mundial de esta gaviota, catalogada como especie amenazada en Europa.
Actualmente la isla se encuentra sin protección ni vigilancia, algo antes impensable. Durante los años del programa conjunto de las administraciones con la organización naturalista, acercarse a la isla era misión imposible, un coto cerrado. «La Comunidad Autónoma desmanteló las infraestructuras que había, se llevó las puertas interiores, el sistema eléctrico y hasta las camas que utilizaban los investigadores, pero posteriormente han aparecido rejas y cables arrancados debido a la falta de vigilancia», explica el presidente de Anse, Pedro García. La organización lleva a cabo campañas de anillamiento como única actividad en la isla.
Algo parecido ha pasado con la gaviota de Audouin. «Ya no cría en la isla Grosa desde hace unos años, pero no es un hecho asociado a la falta de vigilancia, sino a que se suelen mudar a zonas donde encuentran fuentes de alimentación fáciles», explica el experto. De isla Grosa se han trasladado al Parque Regional de las Salinas de San Pedro. «Ellas se alimentan de los descartes pequeros de los barcos de cerco, jureles, sardinas…y también a la mejora de las condiciones de las reservas naturales en los últimos años», asegura García. Ese éxodo de estas gaviotas de pelaje plateado con el pico rojo y negro, ha resultado tan masivo que este año hay alrededor de mil parejas reproductoras en las salinas pinaterenses, según los datos de Anse.
A pesar de la mudanza de estas aves protegidas, Anse considera que «la isla Grosa debe convertirse en una reserva porque, más allá del valor natural, está en un sitio estratégico desde el punto de vista de la gestión costera. Está en el corazón de la mayor pradera de poseidonia oceánica del litoral murciano, así que nuestra propuesta siempre ha sido que se cree allí una reserva marina protegida». «Es un laboratorio para el estudio del medio marino, y puede ser compatible con el aprovechamiento turístico controlado y el uso de la actividad pesquera con barcos artesanales», señala García.
En esta isla de 17,5 hectáreas, con casi 100 metros de altura con fuertes pendientes, situado dentro del término municipal de San Javier, Anse realiza en primavera y otoño campañas de anillamiento. «Desde hace cinco años hacemos campañas de anillamiento en la época prenupcial, cuando llegan a aparearse, pero estas campañas están totalmente costeadas por Anse y ocasionalmente con algo de apoyo económico que no es de la Comunidad Autónoma», explica el presidente de la organización.
En la última campaña han capturado un total de 682 aves de 27 especies distintas, de las cuales, 587 han sido anillamientos y 96 recuperaciones de aves anteriormente anilladas. Destacan los numerosos ejemplares del mosquitero musical, un total de 244. Entre las capturas más interesantes está la de un Mosquitero silbador (Phylloscopus sibilatrix), especie transahariana que cría al norte de Pirineos. Se trata de una especie que migra principalmente a través del Mediterráneo central y oriental siendo mucho más rara en la zona en que nos encontramos.
No menos interesante ha sido también la captura accidental de dos especies de polillas que también están realizando sus viajes de migración entre África y Europa. Las dos especies que capturamos fueron la conocida como Esfinge de calavera (Acherontia atropos) y la Esfinge de la lechetrezna (Hyles euphorbiae). Con mucho esfuerzo y paciencia, los ejemplares capturados fueron liberados de las redes y puestos de nuevo en libertad.