La isla Grosa, paso y fonda de aves migratorias y punto de elevado valor ecológico y paisajístico, vuelve a contar con vigilancia durante las 24 horas para evitar posibles agresiones ambientales. Los recortes económicos de la Comunidad Autónoma dejaron en los pasados años largas temporadas el islote sin vigilancia, aunque el Gobierno regional ha retomado la atención sobre la isla, donde los biólogos de la Asociación de Naturalistas del Sureste, Anse realizan aún la campaña de anillamiento de aves en plena fase migratoria del sur al norte.
El pasado 26 de abril, los biólogos que trabajan en la isla recibieron una interesante visita: un ave que portaba anilla con remite de STAVANGER MUS. NORWAY. Sí, un ave anillada en Noruega. El ave era un Mosquitero musical, la especie que más se captura en la isla.
El Mosquitero musical, es un ave de apenas 10 gramos de peso que todos los años realiza dos migraciones que le llevan a cruzar el Mar Mediterráneo y el desierto del Sahara. Como ahora las aves las capturamos en su viaje hacia el norte, quiere decir que este pequeño ave ya ha realizado el viaje al menos dos veces, una de Noruega hacia África y otra ahora en que viene de vuelta.
No es la primera vez que se captura un ave anillada en Noruega. Ya sucedió durante la campaña de 2012 y se trató también de un Mosquitero musical.
La Dirección General de Medio Ambiente de la Consejería de Agricultura y Agua ha contratado el servicio de vigilancia medioambiental de la zona de amortiguación marina de Isla Grosa, declarada Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Este servicio permanecerá durante los fines de semana desarrollando tareas de información ambiental y evitará el atraque de embarcaciones en la isla, en el período comprendido entre el 1 de mayo y el 30 de junio, en horario de 24 horas. Asimismo realizará la toma de datos sobre caracterización de embarcaciones, número de personas que navegan en ellas y la ubicación cartográfica de las zonas de fondeo y tránsito de navegación de las mismas.
Medio Ambiente recuerda que la Isla Grosa y El Farallón presentan un valor ecológico muy alto por la variedad de hábitats representados, la importancia para la reproducción de aves marinas y como punto de paso para aves migratorias, sin olvidar su alto valor paisajístico.
Su vulnerabilidad ante posibles agresiones humanas, sobre todo en verano, dada la proximidad al puerto deportivo más grande de la Región, hace necesario desarrollar medidas que regulen los usos de la Isla y que aseguren un estado de conservación favorable.