Ha pasado muchos años sin nombre. La tortuga caretta que el pescador Javier Murcia halló en los años setenta en la costa de la playa de la Llana (San Pedro del Pinatar), ya muerta y con un anzuelo clavado en un orificio nasal, recibirá su nombre con una fiesta el próximo 31 de mayo a las 19 horas en el Parque de la Aduana.
Los escolares de los colegios San Pedro Apóstol, Los Antolinos, Maspalomas, Los Pinos, Nuestra Señora del Carmen y Castelar College han propuesto sus nombres favoritos para ‘bautizar’ a la tortuga, que se puede ver disecada en el Museo del Mar de la Cofradía de Pescadores de San Pedro. Los alumnos de los seis centros escolares participantes han pasado por el Museo para conocer a la tortuga y aprender un poco más sobre las costumbres de esta especie, que acude con frecuencia a desovar a las costas de la Región. «Entre los 15 y 30 años acuden a la misma playa donde nacieron a poner sus huevos», explica la educadora ambiental del Centro de Visitantes del Parque de las Salinas, María Ciller.
En 2017 se registraron en la costa murciana seis intentos de puesta, de los que cinco fueron en Calblanque. La educadora recuerda la importancia de avisar al 112 si se avista una tortuga en la playa, cuidando de no acercarse noi situarse en su campo de visión. Tampoco se aconseja hacerles fotos que las puedan deslumbrar. «Solo una de cada mil tortugas que nacen llegan a la edad adulta», explica María, lo que justifica el cuidado extremo que se pide ante un posible nido para garantizar la pervivencia de la especie.
La experta asegura que se detectan más intentos de puesta en la costa murciana debido al cambio climático, ya que hasta ahora sus playas favoritas eran las de Cabo Verde, Grecia y Turquía, entre otras. «Se cree que están subiendo más al norte para desovar, ya que en los nidos los que nacen por debajo de 30 son machos, y por encima, hembras, de modo que nacían hasta ahora muchas más hembras en esas costas por el aumento de la temperatura», afirma La educadora ambiental. «Ellas mismas podrían estar regulando su población al subir más al norte», comenta María Ciller.
El caso de la tortuga del Museo del Mar es una historia con triste final, ya que el pescador Javier Murcia la halló con un anzuelo clavado en el hocico, que aún se le puede ver en uno de los orificios nasales. El pescador se la llevó a su casa de Santiago de la Ribera, donde se convirtió en una atracción para sus hijas y los niños vecinos. Tiempo después decidió llevarla a una taxidermista de Sucina, que la disecó tal y como actualmente se la puede ver en el Museo del Mar, adonde la donó el pescador. Los escolares pinatarenses le pondrán un final feliz a su historia con esa fiesta para ponerle nombre y convertirla en la mascota del municipio.
Un jurado (en la FOTO) en el que han formado parte la alcaldesa, Visitación Martínez; el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores, Jesús Gómez; y la mujer del coronel director de la Academia General del Aire, Sara Ferrer; la educadora ambiental María Ciller, la hija del pescador Javier Murcia, María Dolores Murcia, y la directora de Noticiero Mar Menor, Alexia Salas. Los artesanos de Aidemar están haciendo la tortuga de cerámica que se convertirá en el premio que recibirá el colegio cuyo nombre resulte ganador tras el veredicto del jurado.
Los colegios han propuestos, entre otros nombres, los de Cora, Sally, Marina, Esperanza, Conchi Zapata, Iris, Zipi o Perla ¿Y tú, qué nombre elegirías?